jueves, 8 de diciembre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCCXX

Porque no queremos privarnos de nada, en ocasiones nos acercamos a esos templos de lo perdido y extraemos parte de la esencia hecha Música.


McDonald And Giles (McDonald And Giles) 1970


No voy a entrar en las leyendas urbanas (que todas tienen el crédito de la verdad y la duda de lo inventado por igual) sobre el por qué del disco, su creación y lo que supuso en cuanto a idea de sus paridores, porque lo cierto es que en un caso como este se convierte en algo banal.
Y lo es porque "McDonald And Giles" es una obra de arte, uno de esos discos que no sólo marcan un momento sublime en el estilo, sino que van más allá y son capaces de hacer creer que la Música es un Arte con mayúsculas, cuando todo se conjuga para hacer esta auténtica barbaridad.
Evidentemente estamos hablando de un disco del Prog. más auténtico, legendario y con el  que comenzó una era dentro de la manera de concebir los sonidos, pero en sí mismo el trabajo que nos dejan estos dos iluminados y los que creyeron en el proyecto traspasa la propia idea del estilo para diseñar un manifiesto de Música absoluta, que siendo el único, es algo para el recuerdo y la leyenda.
Es evidente que las influencias se notan y mucho, pero son todas tan maravillosas como manifiestas, porque Ian McDonald y Michael Giles lo mamaron y transcribieron muy bien en sus épocas del rey y lo que significaba (King Crimson es y será la marca indeleble del Prog. elevado) por eso todo en el disco es diferente a nada de lo que se hubiera creado, por eso cada vez que los músicos que se paseaban por esa corte hacían algo se notaba.
Una manera excepcional, en cinco temas que sugieren un viaje sin retorno a las creaciones mentales y oníricas de cada uno (puestos y con lo puesto o como a uno le venga en gana) de demostrar que las ideas no tienen límites cuando las avala el talento, la capacidad creativa y sobre todo creer en lo que se desea, al margen de cualquier manual escrito o supuesto (en el peor de los casos)
Las gemas hay que admirarlas y degustarlas, porque siempre ofrecen algo distinto cuando se vuelve a ellas, y este disco es una enciclopedia de lo que se puede descubrir con cada escucha, cada vez que se siente de nuevo el placer con los sonidos que acarician tu mente. Por eso creo que en algún momento atreverse a conocer trabajos como este nos permiten expandir la mente un poco más, y eso, más que les pese a algunos, no tiene precio.
Para iluminados, frikis, creyentes de lo irreal y sobre todo amantes de la Música sin límites de tiempo ni espacio.
Ian McDonald guitarra, piano, órgano, saxo, flauta, clarinete, zither y voz. Michael Giles batería, percusión y voz. Peter Giles bajo. Steve Winwood órgano y piano. 

SIDE ONE:  Suite in C;  Flight of the Ibis;  Is she waiting?;  Tomorrow people - The children of today
SIDE TWO:  Birdman











A mi Padre, que cree en lo Imposible


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