sábado, 22 de octubre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCXCIX

Una Música para momentos que hace que mi fantasía, ideas y lo que tengo oculto, a veces salga a la luz.


Michael Nyman (The Cook, The Thief, His Wife & Her Lover) 1989


Entrada atípica para el que suscribe porque remueve mis más íntimos deseos y emociones más allá de la propia Música (porque ella las remueve constantemente desde los sonidos) ya que supuso hacer realidad en el interior de mi mente las sensaciones que previamente fueron visuales al ver la película que da título a esta obra de Michael Nyman.
No me gustan los sellos con nombres que otorgan las modas, me gusta que lo que suene lo haga porque lo es, o al menos que quiera serlo. Esta B.S.O. de una película tan escalofriante como bella no me parece de ningún estilo, porque puede extraerse de los sueños directamente, basándose en el enfoque visual que el autor da a imágenes ya creadas.
Eso sí, Nyman compone una obra exclusiva para la película, no hay añadidos en el disco ni piensa en otra cosa que no sean esas imágenes, por eso me gusta y decidí poseerlo, para trasladar sin esas imágenes la sugestión de los sonidos.
El ambiente enfermizo, claustrofóbico y obsesivo que presenta el disco no puede igualar al impacto visual porque está después de... pero lo que consigue Michael Nyman es acercarse muchísimo, y eso es una barbaridad.
A fuerza de repetirte esas notas que golpean tu cerebro, te adentra en un universo oscuro, negro como el azabache, y escuchando sólo la obra, intentando (en mi caso es imposible pero me dejo llevar por mi imaginación y algo sale) alejarla de lo visual, te atrapa como una araña en su red, ahogándote poco a poco, sin misericordia, porque es el fin de lo que expresa, la pasión, el amor, el deseo, la crueldad, lo demoníaco, la podredumbre humana.
Todo es un hilo conductor en la Música y a la vez tan antagónico como es el hombre, con tantas miserias que las suaves melodías de los violines y las cuerdas hieren y acarician por igual, los vientos te perturban y te quieren amar (en mi caso sin conseguirlo porque el dolor es mayor) y los teclados mezclan ritual con modernismo, clasicismo y extravagancia, especialmente el piano que adora irse y volver sin avisar.
Un disco que se acerca mucho a la representación de la maldad del hombre, parte de la barbarie que puede mezclar sin pudor con el amor más absoluto, aunque sin poder desgastar ni un ápice esas imágenes que son mucho más crueles sin enseñarlos.
Michael Nyman escudriñando los sentidos en la que es, en mi opinión y por lo que representa, su mejor conquista.

SIDE ONE:  Memorial;  Miserere
SIDE TWO:  Miserere;  Coupling;  Book Depository



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