sábado, 3 de septiembre de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCLXXI

Compositor excepcional, parte integral de la historia de la Música americana en una época de contrastes y búsquedas, tanto musicales como sociales y políticas.


Jackson Browne (Late For The Sky) 1974


Si ya en sus dos primeros trabajos había dado muestras de su valor como compositor y arreglista, llevando sus temas más allá de lo que pudieran parecer a simple vista, con este "Late For The Sky", su tercer trabajo, la categoría de Jackson Browne como artista global (especialmente como creador, compositor y arreglista) llega casi a lo mejor de su extensa y dilatada carrera.
Disco magistral, excepcional desde todos los puntos de vista, una joya del estilo, ese Rock americano impecable que se impregna en todos los poros de la piel, convencido y comprometido, acercándose a las estrellas y sobrevolando todo lo que el ser humano debería saber y poner en práctica.
Con una serenidad que sobrepasa el vinilo y te impacta en todos los sentidos, el disco no tiene nada que no sea sublime para disfrutar de la Música de calidad, de temas hechos con el alma, con una facilidad que insulta por lo tremendo de lo que propone. Aparte del talento de Browne, la colaboración mágica con el artista de David Lindley eleva más aún la calidad de lo que llega, porque será que a uno estos tipos que siempre están sin parecerlo le gustan mucho, será que dan ese toque con la slide, el violín, la guitarra y... pues eso.
Ocho temas puros y sin dobleces, excepcionales en lo compositivo, desde donde se traducen en magia pura convertidos en sonidos, con la voz de Browne envolviendo las notas, armonías corales de postín (que te canten a coro Don Henley, J.D. Souther, Joyce Everson, Dan Fogelberg no es ninguna broma) y una Música que sale sin esfuerzo gracias a unos músicos absolutamente comprometidos con la idea y el talento del genio para traducir todo en una amalgama de pura seda.
Todo lo que se diga del disco se queda corto (como siempre que comento algo sobre una obra de tamaño calibre) y lo único que queda, si la sensibilidad está por encima de lo demás, es escucharlo, disfrutar y empaparse de una Música maravillosa que llena todo lo que uno quiera. Un precioso viaje hacia el infinito sin coste alguno, sólo el placer que provoca sentirlo.
Jackson Browne piano y guitarra acústica. David Lindley guitarra, slide y violín. Doug Haywood bajo y coros. Larry Zack batería y percusión. Jai Winding piano y órgano.

A:  Late for the sky;  Fountain of sorrow;  Farther On;  The late show
B:  The road and the sky;  For a dancer;  Walking Slow;  Before the deluge

2 comentarios:

  1. Todo el sentimiento del mundo concentrado en melodías que llegan y te golpean el alma de una manera...
    Irresistible, emocionante, sensibilidad, arte musical, lo tiene todo.
    Besos.

    ResponderEliminar