viernes, 19 de agosto de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCXLVIII

Seguimos moviéndonos por mares de aguas turbias, donde la Música se concibe sólo con la imaginación, las ideas y no ver el límite.


Guru Guru (Känguru) 1972


Tercer trabajo de uno de los grupos más alienígenas del Krautrock, santo y seña de la libertad creativa en estado puro. Este "Känguru" volvió a demostrar que podían superarse a sí mismos, y tras dos álbumes llenos de todo lo que el "Freak Jamming Style" podía ofrecer, se marcan esta barbaridad llena de lo que las mentes bien pensantes no pueden soportar.
Disco de autoría underground, basado en la mente como guía de toda la Música que surge de sus entrañas, dividido el desvarío (aunque prefiero tomarlo como un todo donde se descansa porque algo hay que hacer para respirar) en cuatro temas que nos llevan allá por los 48'18'' de iluminación lisérgica, orgía sensorial o locura transitoria, porque de todo hay, para no parar de gozar con los sonidos que surgen del negro vinilo.
Ax Genrich, Uli Treple y Mani Neumeier se dan un festín jugando a lo que mejor saben pero además haciéndolo muy bien, dejar que sus instrumentos nos apasiones cuando toman el cerebro y la mente por encima de cualquier cosa. Esa guitarra que aterriza donde quiere con sus solos desmedidos es para echarse a temblar, pero las cuatro cuerdas de acero que llevan en sí mismas el nombre de bajo, se adentran desde el estómago hasta donde quieren, acompañadas por una percusión que golpea una y otra vez sin mesura (porque no la necesita)
Brutal el comienzo de 10'33'' con "Osymoron" pero su continuación dejando 15'37'' de excepcional improvisación llamado "Immer Lustig" es simplemente maravillosa. Tres iluminados que no saben de límites, que manejan los tempos de lo que no debe tenerlos con una facilidad abrumadora, por eso continúa la orgía en clave de salvaje embestida con los 10'57'' de "Baby Cake Walk" donde la voz te come casi como esa guitarra demencial, y terminan con "Ooga Booga" que es en sí mimo un tema para resarcirse de haber conocido al diablo.
Disco fundamental (como, en mi opinión, todos los primeros trabajos de la banda) para conocer el Krautrock más visceral, el auténtico, el que dio nombre y seña de identidad a una Música surgida de las cenizas de una hecatombe y que convirtieron en magia pura.
Disfruta o pasa página, las medias tintas no van con estas cosas...

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