sábado, 6 de agosto de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCXLIV

Vamos a por esos grupos (algunos más, porque llevamos muchos) que dan más de lo que se espera sin saber cómo, cuando, quienes... simplemente Música.


Harsh Reality (Heaven & Hell) 1969


Fin de una década marcada por la gloria, fin de una maravillosa aventura de diez años que llevaron a la Música contemporánea a uno de sus momentos más elevados, y entre tanta magia, un grupo que nos recuerda tantas cosas... buenas.
Harsh Reality se marca un disco de tremendo Blues Rock, con todas las influencias habidas y por haber, además de ciertos detalles que se permiten recordarnos melodías con un descarado toque Soul ("Tobacco Ash Sunday" es una preciosa exhibición en ese sentido) momentos de íntima nostalgia embaucados por los acordes de una increíble guitarra ("Mary Roberta (Part 1) (Part 2) (Part 3) eso sí sin perder el aroma blusero que domina toda la obra) y más de lo que dominan durante todo el disco, una obra hecha con el alma del Blues y llevado al Rock, a la Música de calidad, a todo lo que nos lleva ¡¡qué joooooé!!.
Con esto decir que "Heaven & Hell" es la joya de la corona es decir demasiado y sin mucho criterio, pero que es un pedazo de disco del que no se puede sino disfrutar, sacar a pasear las emociones y llenarse de una pedazo de obra que nos pone en órbita, no es ninguna barbaridad, a pesar de esos popes que desmentirán que quitando los clásicos haya otras cosas, otros deseos, otros momentos para disfrutar de los sonidos.
Tremenda la inquietud que nos provoca la voz de Alan Greed, que se empeña en emocionarse, transmitir esa emoción y sentir cómo cada nota se eleva por encima de la siguiente, apoyándose en el órgano y piano que también él maneja. Los coros de sus compañeros a las seis cuerdas le arropan cuando necesita que su clamor parezca (y sea) un lamento extenso.
En un ambiente de desesperados momentos contando historias de esa Música que desgarra, las guitarras de Mark Griffiths y Dave Jenkins ponen su toque excepcional con solos que surgen desde lo más profundo de la composición, rompen el ritmo y se meten hasta el alma.
Ni un momento para descansar cuando la sección rítmica a cargo de Steve Miller en el bajo y Roger Swallow con la batería se unen a la fiesta manteniendo el ritmo con cada golpe, cada impulso, llevándote hasta donde quieren además de esos solistas que no desean (ni lo hacen) detenerse.
Un disco para disfrutar, disfrutarse, quererse y querer la Música, porque en él todo se puede aprovechar, y después de esto, lo que venga, que para eso uno acaba tan alto como le dejan sus emociones.

Side 1:  When I move;  Tobacco ash sunday;  Mary Roberta (Part 1);  Praying for reprieve;  How do you feel;  Heaven and hell
Side 2:  Quickenut / Devil's daughter;  Mary Roberta (Part 2);  Melancholy Lady;  Don't shoot me down;  Girl of my dreams;  Mary Roberta (Part 3)

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