miércoles, 27 de julio de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCXXXVII

Un grupo al que le tengo especial cariño, por momentos que me dejaron, hace muuuucho tiempo ya, el regusto de una Música especial.


Point Blank (Airplay) 1979


Llegué a Point Blank antes que a muchos de los grupos sureños clásicos, sería casualidad o el buen hacer como coleccionista de un viejo amigo, pero el caso es que, sin tener ninguna lógica, así ocurrió.
Es obvio que con el tiempo en mi lista particular de emociones primarias los he colocado donde corresponde al ir descubriendo la esencia de la Música sureña y a sus mitos, pero ellos siempre han tenido ese algo que me hace volver a sus obras, especialmente las primeras.
"Airplay" es su tercer trabajo, salido tras dos monumentales obras del Rock Sureño más crudo y desgarrador, y aunque no se debería comparar porque siempre saldría perdiendo, es inevitable que este disco, en el cual giran hacia unos terrenos menos escabrosos, se le recuerde como el siguiente a...
Si nos ponemos duros, el disco pierde mucho con lo que el grupo comenzó siendo, y se convierte en un trabajo de Rock Sureño para escuchar y disfrutar, especialmente a los que nos apasiona este estilo; si somos más justos y analizamos este "Airplay", nos encontramos más de lo que parece, especialmente, y eso es innegable, en forma de temas más que de obra en sí misma.
El disco se escucha y te quedas satisfecho, buen Rock y a gusto con los tiempos, pero esos teclados, que por primera vez se asoman a la formación... lo dulcifica en exceso. Por eso, aquellos temas en los cuales las guitarras siguen sonando oscuras y desgarradoras, aunque sea al salir de una melodía que invita a volar para luego pegarte la patada en el culo, son lo mejor del disco y sí tienen la esencia de los primarios Point Blank.
Varias andanadas te revientan en esa línea, y se agradecen, porque los chicos de Irving, Texas, no dejan de ser los duros abrasadores que saben componer en temas tan suyos con constantes cambios de ritmos, idas y venidas y solos desafiantes. Entre ellos, "Mean To Your Queenie", "Two Time Loser", la tremenda "Penthouse Pauper" o ese final de disco memorable "Changed My Mind".
Insisto en ello, más de temas pero en conjunto un disco aprovechable, porque la vieja guardia del grupo aún seguía y se nota a la hora de componer y usar ciertos sonidos, especialmente la voz particularísima de John O'Daniel y las guitarras de Rusty Burns y Kim Davis.
Si el Rock Sureño te gusta, este es un disco para disfrutar, las apreciaciones en otro sentido son, como siempre, ese momento de amor que a todos nos lleva.

side one:  Mean To Your Queenie;  Two Time Loser;  Shine On;  Penthouse Pauper
side two:  Danger zone;  Louisiana Leg;  Takin' It Easy;  Thunder And Lightning;  Changed My Mind

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