sábado, 9 de julio de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCXX

Un icono del Rock que comenzó en un lado de la carretera y cuando cambió... digamos que no miró mucho de donde venían los trailers de 38 toneladas.


Peter Framptom (Frampton) 1975


Cuando un adolescente parece que se va a comer el mundo con su talento musical, siempre llama la atención. Si además recién cumplida la mayoría de edad es parte de una impactante e importante banda de finales de los sesenta, la atención sube en grado superlativo.
Pero llega el momento en el cual la estrella quiere brillar con luz propia y sin reflejos ajenos, y se lanza a comerse el mundo y lo que sea. En esas estamos, cuatro años después del debut en solitario de un músico excepcional cuyo talento no se discute, pero que en lo que a mí respecta siempre me ha dejado la duda de haber podido llegar hasta donde hubiera querido.
"Frampton" es el cuarto disco en solitario de la carrera del músico, una obra que relanzó al mito porque en ella supo crear canciones que se convirtieron en himnos cantados en sus conciertos, de hecho la grabación de este álbum dio lugar a la mítica gira de donde salió su celebérrimo doble en directo. El disco se convirtió en un punto de inflexión en su carrera, elevándola a niveles que no había conseguido desde su aventura en solitario.
Con una banda en formato de trío, en la cual Frampton se encarga de casi todo, y grabado con una elegancia notable, el sonido se aleja del Rock potente de sus comienzos (de hecho ya se había alejado poco a poco) para acercarse a un público que acepta sin problemas la técnica guitarrística del autor, su uso de las acústicas y las melodías más delicadas que arrullan, y algún que otro detalle como el talkbox para que su imagen fuese el centro de todas las miradas. Música, imagen, canciones, todo en uno para crear un nuevo camino al que lanzarse (como la cara y presentación de la portada)
No se puede negar que la voz aterciopelada de Peter Frampton está hecha para temas como estos; las acústicas rozando la piel y el ritmo que la sección impone sin esfuerzo, hacen del disco uno de esos trabajos que se pueden escuchar siempre, al margen de los temas míticos y de la idea como divo y chico guapo y bueno que dé el artista. Ni es lo que hacía, ni deja de ser Rock en estado puro, que siempre es importante.
Peter Frampton guitarra, piano, órgano, bajo, talkbox y voz. John Siomos batería y percusión. Andrew Bown bajo.

Side 1:  Day's dawning;  Show me the way;  One more time;  The crying clown;  Fanfare
Side 2:  Nowhere's too far (for my baby);  Nassau / Baby, I love your way;  Apple Of Your Eye;  Penny for your thoughts;  (I'll give you) Money

No hay comentarios:

Publicar un comentario