domingo, 5 de junio de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCCI

Vuelos mentales que nos dejan solos con nuestros deseos. Sueños imposibles realizados a través de la Música.


Silver Apples (Silver Apples) 1968


Cuando el dúo de iluminados con sede en New York que formaron Silver Apples se lanzaron a la aventura de crear Música a través de sonidos asonantes, saliéndose de la estructura tradicional de las canciones, no sé si lo sabían, pero estaban provocando uno de los más visionarios actos de la época, alargándose su influencia casi una década después.
Música electrónica trabajada de manera casi industrial y sacada a la luz como un torrente de sonidos que invaden el cerebro por lo inesperado, como un viaje futurista o el recibimiento de la llegada del futuro a través de las notas. Eso y mucho más es "Silver Apples", porque cundo se usan de la misma manera osciladores, generadores y sintetizadores pasados por las más extravagantes formas de creación técnica, el resultado es una amalgama de sonidos maravillosamente impactantes que tu cerebro o asume o repudia, y eso en mi caso me resulta fascinante.
Dan Taylor en la percusión y voces y Simeon en las voces (al margen de los aparatos ya citados por parte de ambos) son capaces de entonar melodías Psycho a través de las voces mientras se encargan de desmembrar el clasicismo de la Música y lo que supone como norma instrumental alimentando ese maravilloso caos que nunca es tal si el torbellino que lo provoca te envuelve y te hace suyo.
Cualquier atisbo de defensa ante lo incomprensible resulta banal y ajena a la lógica que debería imperar en esta supuesta ilógica que es "Silver Apples"; o te gusta y te lanzas a lo desconocido a sabiendas que puede pasar cualquier cosa, o pasas de largo y olvidas para siempre todo lo que te ha intentado provocar.
Un disco especial, una genialidad que dio pie a muchas otras formas de expresión, un momento mental que hay que vivir intensamente para desaparecer dentro de él, y así poder apreciar lo que estos des "extraterrestres" nos querían contar sobre su mundo.
No todo es lo que parece, y en momentos como este, saber que lo que se presenta ante ti no es nada de lo que ya se sabe es, simplemente, poder expandir tu alma, y eso no tiene precio.

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