miércoles, 20 de abril de 2016

Música

No recordaba volver a la calma sentado en el sillón, a la espera de las horas muertas dibujando miles de siluetas que pueblan mi cerebro.

Puedo viajar hasta donde quiera con la imaginación como compañera de viaje. Puedo hacerlo a través del silencio que genera una melodía y me sume en ese estado de eterna huida hacia donde nada puede disturbarme.

La calma emocional, el momento que nunca se espera y en ocasiones aparece cuando todo parece perdido. Sé que puedo lograrlo al escucharla, al sentirla, dejándome mecer entre sus brazos, llegando más allá de lo que el mundo me propone.

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