martes, 5 de abril de 2016

De Vinilos y Otras Glorias MDCXLIII

Un músico que nos visita de nuevo porque esos primeros años fueron un espectáculo que inundó de sonidos desconocidos gran parte de la escena del Rock, y eso se agradece.


Santana (Santana) 1971


Lo del título viene porque en el vinilo que poseo (original, del año 1971 y versión americana, aunque los popes y entendidos lo duden) así lo indica, y no seré yo quien le diga a un artista que no titule dos discos, o los que les salga del alma, de la misma manera.
Dicho esto, comentamos el tercer trabajo de Carlos Santana y su grupo, la mejor banda que tuvo y un excepcional combo con el que arrancaba sonidos a los muertos.
Ese toque latino desangrado con la magia del Rock, algo que ellos llevaron a cotas que no existían en ese nivel, se mezcla perfectamente en esta tercera obra que es para mí el cierre a una época memorable, a pesar de otros trabajos de calidad, pero esa trilogía... algo sublime.
El disco es, por supuesto, más instrumental que de voces, pero cuando se pone a cantar, Gregg Rolie pone los pelos de punta, porque es capaz de contraponer la furia desatada de una banda excepcional que lanzada da miedo, con esa garganta que parece acariciar (en la tremenda "Taboo" da una exhibición)
Salvadas las emociones con la voz, la guitarra de Santana se desmadra lo que quiere y más, especialmente él, aunque le ayuda bastante Neal Schon, y las pérdidas de nociones temporales yéndose al infinito son simplemente mágicas, como la brutal "Toussaint L'Overture". Claro que como la banda de Santana era eso, una banda, en cualquier momento te pueden salir percusiones por cualquier lado (con ese batería exquisito llamado Michael Shrieve aplastándote con su técnica y calidad) teclados que te arreglan el día con el "Hammond" arañándote el alma y una cabalgada hacia los infiernos sin parar jamás (¡¡cómo me gusta visitar a Lucifer de esta guisa!!) porque eso es el Rock y estos tipos y este álbum lo definen de manera perfecta.
A partir de aquí (y antes de mis palabras también, por supuesto) sólo queda disfrutar de una maravilla de ritmos, impactos directos al cerebro y el Rock con todos los toques que a uno se le ocurra poner haciéndote suyo, que es lo más importante de todo.

Side One:  Batuka;  No one to depend on;  Taboo;  Toussant L'Overture
Side Two:  Everybody's Everything;  Guajira;  Jungle Strut;  Everything's coming our way;  Para los rumberos 


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