domingo, 15 de noviembre de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MDLXIII

Una demoníaca presencia nos atrapa, nos lleva y nos hace ser, una presencia que muchos llaman infierno y que para nosotros se denomina Música.


Hallelujah (Hallelujah Babe) 1971


Escondido tras el nombre de deseos infinitos y obras al uso como parte de cumbres del clasicismo más evidente, nos visita este extraño artefacto parido en las entrañas del Krautrock más ecléctico y que juega con la idea de una obra entre conceptual y basada en las ideas que la mente de sus creadores desprenden (tengan o no nexo de unión entre sí)
El dúo formado por Paul Vincent en las guitarras y la voz y Keith Forsey en la batería y la voz, idean este disco que comienza con un canto al tema más que tradicional, épico e histórico del "Hallelujah" arreglado en clave de Psycho con las guitarras deslumbrando y una fiereza que hace prever mucho más de lo que más adelante ocurre. Y no me molesta en absoluto que ese Hard Psycho que quiere destrozar los sentidos poniendo como excusa una obra clásica se convierta en momentos de Folk sostenido en otras piezas, de melodía con voces que recitan y cuentan las hazañas de lo que suena, pero sí me hubiera gustado un poco más de impacto al igual que ese comienzo de 7'48'' que me pone en guardia.
De todas maneras no se puede negar la idea original y que los continuos cambios vayan buscando precisamente que la obra no se convierta en algo lineal, y eso está más que conseguido, pero quizás lo que no se mantienen son los picos de emociones fuertes, como ese comienzo, o la belleza llamada "The Winter Song" que ponen el listón muy alto.
Paul Vincent demuestra que la guitarra puede transformarse en un arma letal cuando se quieren abrasar los sentidos, y se agradecen los momentos en los cuales lo hace, al tiempo que su colega Forsey quiere marcarnos a fuego en la piel el ritmo, ayudados por músicos invitados que se acoplan perfectamente a esta idea y llevan hacia adelante el proyecto. De todos modos, por aquello de leer lo que se pone y quedarse con la idea, el disco tiene mucho más de positivo que de lo que no lo es, comenzando por la idea, su manera de plasmarla en vinilo y el desarrollo de ésto último, por eso es un disco de Krautrock que se escucha y no molesta, otra cosa es lo que el propio estilo y lo que se conoce quiera dar a entender.


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