domingo, 5 de julio de 2015

Chris Squire "The Fish"


Se ha ido (o no, todo depende de cómo lo veamos) uno de los creadores de los sueños hechos Música, un dador de placer sensorial sin límites desde su lugar privilegiado en el grupo que nos ha enseñado tanto y tanto sobre lo que no debe ser fuera de la lógica establecida, uno de los músicos que hizo que su instrumento, parte indisoluble de esa sección rítmica que te lleva hasta el infinito, dejara de ser una mera decoración que acompaña y se convirtiera en parte de los mismos sueños en los que creía.

Creo (lo pongo en duda por los genios siempre están aquí) que se nos ha marchado "The Fish", uno de los fundadores de la magia y la seda recreada en forma de Prog. sublime y alegórico de sueños imposibles, del universo infinito en formato de paradigma emocional llamado YES, de eso que tanto nos da cuando el pesado momento de la incertidumbre sensorial se convierte en algo que no puede abarcarse porque se va más allá de todo lo que conocemos.

Quizás Chris Squire no se haya ido a ningún lugar donde no estuviera, quizás nos ha dicho que desaparecía de nuestros sentidos para seguir jugando por esos mundos donde sólo los genios creativos como él pueden estar, quizás nos ha mentido para que la mentira hecha Música (de nuevo, otra vez, una vez más) se convierta en la suite infinita que no acaba hasta que dormimos tras dejarnos mecer por lo que su mente de arquitecto de obras de arte recrea.

No es ningún secreto que su bajo retumba a través del silencio cuando todo deviene en un éxtasis absoluto que no sabe de épocas ni siglos, que no entiende de maneras de ver ni de escuchar, que no puede acercarse hasta la mediocridad porque la aleja con la primera nota de su instrumento sonando por encima de lo que no se ve. No es un secreto pero deberíamos callar para volver a escuchar esos instantes en los cuales sus dedos acarician o golpean con furia, según el caso, unas cuerdas que no sienten sino la enorme magia del más allá recreado como simbiosis de la Música con mayúsculas.

Para Chris Squire el miedo es abandonar un tema a los seis minutos de comenzar la orgía, atravesar la mente y no poder estar en ella los inmensos espacios temporales que requerían sus creaciones, pero ese miedo se perdió con los monumentos en forma de suites que deja escritas para que nunca pensemos en las prisas al escuchar, en el tiempo inexorable al medir, en lo que nos sujeta del cuello al ir a degustar la Música como se debe, con la pasión y la magia que este músico especial y genio nos daba a entender que debía ser.

Chris Squire, "The Fish", cabalga a lomos de un ente sin forma ni cuerpo que lo lleva al siguiente nivel de excelencia, imaginando la siguiente creación al margen de todo lo que puede ser, montado sobre un etéreo mundo que no puede sino plegarse a lo que su profundo sentimiento por la Música puede dar. El Prog. quizás llore un poco por lo que no está, pero jamás dejará de sentir la emoción de lo creado por un músico inimitable, compañero y parte de la magia hecha sonidos a través de los sueños.

Gracias por hacernos soñar, gracias por hacer que sienta de otra manera, gracias por no irte cuando vuelva a acariciar esas obras de majestuosas creaciones que siempre serán parte de mis fantasías.


2 comentarios:

  1. Tus palabras, son sin duda el reconocimiento a un grande entre genios, un creador de emociones que siempre existirá entre quien sienta la música y se emocione con ella.
    Besos.

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