domingo, 24 de mayo de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MCDXVIII

Otro paseo por esos dobles en directo que tanto hicieron para que nos imagináramos lo que estaba prohibido ver, y de esa forma acercarnos a la magia de los grandes.


Traffic (On The Road) 1973


En la etapa final del grupo, cuando Steve Winwood era Traffic o Traffic era él, parece que hubo necesidad de realizar ese doble en directo que se debía o al menos se deseaba según y como.
El grupo podía haberlo necesitado años antes, pero siempre es un placer dejarse hacer por la magia de músicos de este calibre. Realmente este doble en vivo es una exhibición de la capacidad musical de los miembros de la banda, con seis temas ocupando las cuatro caras del disco, una barbaridad tras otra a golpe de Música realizada sin pausa y hasta donde ellos decidían.
Con un Steve Winwood demostrando cómo se maneja una banda y siendo dueño y señor de todo lo que acontecía alrededor suyo, en la gira por Alemania del año 73 se grabó este monumento a una Música tan especial como ya en franca decadencia, con los intérpretes gustándose y haciendo que se gustara escuchar temas eternos de la banda que nunca morirán.
Una banda que en esta gira aumentó con el teclista Barry Beckett, impresionante y reputado músico de sesión componente del colectivo Muscle Shoals Rhythm Section de Alabama, un grupo de músicos que ha servido de soporte a la grabación de algunos de los mejores álbumes de estudio de la historia de la Música moderna (me apetecía el homenaje porque muchas veces se olvida a los que hacen que todo suene como debe) 
En cuanto a lo demás, los componentes habituales de Traffic en la época que alrededor de Steve formaban una banda increíble donde todo podía pasar. La voz, guitarra y piano de Winwood marca la pauta seguida de manera perfecta por sus compañeros que desarrollan los temas hasta el infinito, comenzando por la burrada "Glad / Freedom Rider" que con sus 20'35'' va calentando el ambiente. Inmenso el trabajo al saxo y flauta de Chris Wood para mecernos en un sueño del que no se quiere salir (su exquisitez en todo el disco abruma, pero lo que hace en los 17'47'' de "Low Spark Of High Heeled Boys" es para irse muy lejos) y la sección rítmica que aguanta los tempos de manera magistral con Roger Hawkins y Jim Capaldi en la batería y percusión junto a Reebop Kwaku Baah y el bajo de David Hood (precioso el ritmo que imponen en temas suaves como "(Sometimes I Feel So) Uninspired" o "Tragic Magic")
A pesar de no ser el mejor momento de una banda mítica, el disco es una gozada para apreciar lo que podían hacer y disfrutar con una Música creada para soñar, nada más y nada menos.


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