viernes, 3 de abril de 2015

De Vinilos y Otras Glorias MCCCXLVI

No sólo me siento bien, sino que sería maravilloso sentir el placer de la Buena Música hecha por estos lares acariciar mi piel más a menudo, por eso cuando llega...


Galadriel (Muttered Promises From An Ageless Pond) 1988


Porque además hay que tener mucho valor en este jodido país de Incultura musical para hacer un disco como "Muttered Promises From An Ageless Pond", una odisea épica contada en dos caras que son parte de la historia con la que la Música nos regala una aventura apasionante.
Galadriel es una banda española que reivindica el Prog. sinfónico y elegante que convierte las historias en Música y usa los sonidos para contar lo que las palabras por sí solas no pueden compartir, y en dos partes bien diferenciadas que a su vez se dividen en pedazos de esa historia nos lleva por los senderos que la Música marca para embaucarnos (afortunadamente, ¡¡vive el cielo!!) y hacernos parte de ella.
La cara A titulada "The Day Before The Harvest" es el comienzo del viaje, con los 8'30'' de la primera parte llamada "Lágaba" la mente comienza a transportarse hacia tierras imaginarias donde la épica está servida, los teclados promueven ese momento de ensoñación infinita con la voz relatando a modo de misterioso contador de historias todo lo que acontece; nos ligamos con pianos y más teclados a "Virginal", pedazo de leve encuentro con el misterio, y con la guitarra haciéndose ver sin dejar el piano clásico que nos lleva mucho más allá los 10' de "To Die In Avalon" anuncian la continuación de la historia en pleno viaje sin fronteras, sin límites, sin nada que nos detenga porque ya estamos inmersos en ello.
Elevados sobre lo terrenal y a la espera de lo que nos depare el destino musical que el grupo decida, la cara B que se titula "The Year Of The Dream" se inicia con una pequeña dulzura de 1'26'' llamada "Limiar (Winter's Request)" para lanzarnos de lleno a la suite que es el epílogo inmenso de la obra, los 20'04'' de "Landhal's Cross", una barbaridad musical que da forma y hace más creíble aún esta maravillosa mezcla de cuento, imaginación, aventura y odisea que es el disco.
Un disco creado para soñar, un instante y una mística entre la cual buscar los confines de los propios sueños, viaje sin final a pesar de parar las notas y búsqueda como tantas veces de lo que nos lleva cuando somos libres para desearlo.
Galadriel nos regala el motivo, nosotros debemos hacer real todo lo que la piel siente cuando las notas se hacen dueñas del silencio y atraviesan la nada para hacernos creer, de nuevo, que es posible.
Manolo Macía guitarra. Manolo Pancorbo guitarra y bajo. David Aladro teclados. Cidón Trindade batería y percusión. Jesús Filardi voz y percusión. 

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