domingo, 1 de marzo de 2015

Rock Sureño 4


LAS PIEZAS DE UN PUZLE VISCERAL: PARTE II

No sé a ciencia cierta si en el Rock Sureño del siglo XXI sucede, pero resulta curioso observar como en los principios de las bandas sureñas todas creaban temas que terminaban siendo esos himnos que identificaban al grupo y además servían como el gran y glorioso final de actuaciones o momentos en los que se llegaba al cénit de los conciertos, temas esperados y deseados como comunión con un público entregado para los que esos sonidos llevaban impreso de manera indeleble el sello del grupo. En algunos casos estas piezas significaban el no va más en el desarrollo y la demostración de calidad como instrumentistas de los componentes, mayormente eran los espacios en los cuales se desarrollaban los grandes deseos guitarrísticos y las batallas estilísticas entre los músicos, esos temas obligados, necesarios y parte fundamental de los shows en directo donde los grupos sureños siempre han sido tan especiales.

Esperar esa nueva versión que alarga hasta el infinito el tema estrella para deleite de los incondicionales, banda lanzada a tumba abierta con la complicidad del público esperando ese giro distinto, sorpresivo, pero manteniendo la estructura de lo que se conoce de memoria y es parte de la piel, hacen de estos temas tan especiales un apartado dentro de toda la parafernalia del Rock Sureño, algunos de ellos mitos per se como “Whipping Post”, “Free Bird”, “24 Hours At A Time”, “High Tides And Green Grass”, “HighwaySong”, “La Grange”, “No Place To Go”, “Stars And Scars”, “AnotherMan’sWoman”, “Grey Ghost”… y tantos otros que son parte de eso, la forma de entregarse en el escenario y hacer que todo sea uno cuando suenan.

Un instrumento que para mí sirve de unión entre todas las influencias que vienen a terminar en ese punto llamado Rock Sureño y que en mayor o menor medida se ha usado por infinitos grupos del estilo, dotando en muchos casos a esa Música de un claro distintivo especialmente para saber el lejano comienzo de lo que amaban es la armónica, para muchas de las bandas un instrumento solista más para otras requerido en las enormes sesiones de directo con invitados de lujo o músicos para la ocasión (la aportación a The Allman Brothers Band en directo del gran Thom Doucette da otra dimensión a esos instantes, por citar un ejemplo) pero en cualquier caso un punto clave en el sonido de muchos de estos grupos que rendían homenaje claro a esos caminos recorridos del Blues, el Country, el Rock’N’Roll y todo lo que les hizo llegar hasta allí. Sonido característico de grandes quejidos al viento, cabalgadas inmensas y solos o “batallas” con otros instrumentos donde la garganta da lo que el alma transmite.

Muchos grupos sureños se lanzaron a imprimir en sus bandas modelos que acoplados a la Música que querían desarrollar llevaban características propias que influyeron de alguna manera en otros grupos o bandas o que simplemente se quedaron como seña de identidad de los mismos. Vienen a mi memoria modelos de secciones rítmicas poderosas y sin mesura como la doble batería de algunos combos que dotaban de ese empuje tremendo a lo que hacían (casos notables The Allman Brothers Band, ciertas épocas de Outlaws, momentos de mayor gloria en The Charlie Daniels Band…) hay bandas que han utilizado de manera exquisita instrumentos que quizás no parecerían tanto parte de esta Música y sus zonas de influencias y sin embargo han contribuido a sonidos tan especiales y concretos que se les identifica con ellos en según qué temas, como las flautas y saxos de The Marshall Tucker Band, ese saxo solista y emocionante de Wet Willie, la tabla usada con verdadera maestría por Jin “Dandy” Mangrum y que en algunos momentos estelares de la banda y su discografía era ese sonido tan esperado como reconocible.

Pianos y teclados al uso como en otros grandes estilos jalonan la historia del Rock Sureño, parte integral de las bandas y según qué casos (¡¡por dios que siempre es así pero hay que decirlo!!) importantes en las composiciones y más aún con ese apoyo y contraste que choca con las reinas de la función. También la calidad de los músicos que han manejado estas gloriosas teclas han formado leyendas de algunos de ellos si bien nunca al nivel de los mitos guitarreros sí nombres propios de todo el universo Sureño.

Es seguro que existen más características propias del Rock Sureño que desde las limitaciones que me provoca ser un aficionado que ama la Música pero no un experto en ella se me escapan, no es muy preocupante para mí ni creo que debiera serlo para nadie (aunque allá cada uno con sus deseos) porque la mayoría de las ocasiones es a través de la escucha y al zambullirse en la Música como se entiende, se bebe y por supuesto provoca que se vaya impregnando en la piel de cada uno, algo que en mi caso es la manera a través de los años para comprender y seguir avanzando en el maravilloso mundo de los sonidos, sean cuales sean.


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