domingo, 15 de febrero de 2015

Música


Ojalá hubiera nacido hace mil años, en las cumbres que dominan el mundo, donde el viento suena como la Música embriagadora que nos envuelve y el silencio se convierte en el deseo por descubrir.

Ojalá hubiera surcado los mares oscuros en la noche estrellada, bebiendo de las aguas del olvido, para escuchar esos rumores que son cantos de sirena, melodías que susurran el principio de todo, el final de la nada.

Ojalá hubiera ido de un país a otro, recorriendo los polvorientos caminos que unen las ciudades, liberado del yugo de sentirse de un lugar, para saciarme con la libertad de la Música que me acompaña.

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