miércoles, 25 de junio de 2014

Música


Habiendo vivido en tantas épocas, incontables lugares, instantes y períodos de tiempo infinitos, fugaces llamaradas de pasión y eternos momentos de placer puedo decir sin temor a sentir que alguna voz se alce para contradecir las palabras que escapan de mis sentimientos que lo único que me ha hecho derramar una lágrima, temblar de emoción en cualquier oscuro agujero, vibrar como no se puede describir es sentir la maravillosa cuchillada del acero atravesarme en forma de notas candentes que queman la piel por la pasión al ser emitidas.

No puedo alabar al ser humano, no siento compasión por lo que las guerras o la peste se han llevado, ni quiero sentir cuando veo las barbaries salir de sus cuerpos de mediocres y limitados entes, no quiero beber de su pestilencia cuando quieren hacer lo que mejor saben, el mal con sus semejantes, pero aún así debo prepararme para ser acariciado por el momento en el cual la Música les sale desde donde no son y se convierten en creadores de algo que rasga el universo y lo que contienen, quizás el único momento de sus miserables vidas en las que algo de lo creado por ellos no está lleno de eso que llaman... 

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