sábado, 8 de marzo de 2014

De Vinilos y Otras Glorias CMLVII

Seguimos con "esos tipos de grupos" allende los mares (para nosotros, por supuesto) que fueron historia de todo lo que aconteció en lo musical.


The Youngbloods (The Youngbloods) 1967


Desde el Estado de New York nos visita esta banda que con su primer disco, este homónimo del año 67 causó un impacto realmente importante, a pesar de no llegar en las listas hasta el lugar que por expectación consiguió.
Realmente mítico esta obra que mezcla con un gusto exquisito el Rock con el Blues eléctrico convertido a través de las versiones y ese toque en las composiciones (la verdad es que la versión rockera de un clásico del Blues universal como es el "Statesboro Blues" se las trae) y que también se desliza por un Folk más suave que denota las influencias musicales del grupo.
Delicadas voces se deslizan por las composiciones más suaves, deliciosas melodías que llevan a íntimos momentos, coros preciosos acompañando y una sutil manera de hacer bonito lo que se toca.
Guitarras eléctricas para ese Rock que se destila en la mayoría de la obra, seis cuerdas puestas con estilo al servicio de las composiciones breves pero intensas del grupo, arpegios tan delicados como finos y estilistas. Una sección rítmica que mantiene el tono en cada momento y que hace que el conjunto suene como una maravillosa orquesta perfectamente afinada. Entradas esporádicas del piano que no hacen sino añadir más calidad a composiciones ya de por sí completísimas, como en "The Other Side To This Life" en la cual se desmelena y saca astillas a las teclas.
Un disco tan completo como el conjunto de canciones que lo componen, once temas que rayan lo sublime, belleza en cada instante, sean los temas más rockeros ("Grizzly Bear" una entrada descomunal, o "Four In The Morning" poderosa) sean esos amagos de Blues que son guiños a grandes de donde se mama lo que uno siente ("C.C. Rider", "Ain't That Lovin' You, Baby" con una armónica que te saca los ojos) sean esas canciones de melodías que flotan en el aire pareciendo que piden permiso para llegar a los sentidos (temas como "Get Together", "One Note Man", "Foolin' Around" o "Tears Are Falling" son delicias que hay que degustar como un plato de exquisitez culinaria)
Un disco maravilloso para paladares exquisitos (los nuestros y de los que aman nuestra Música) sublime en su concepto y genial en el traslado a esos surcos que le hacen convertirse en eterno.
Jesse Collin Young voz, guitarra y bajo. Jerry Corbitt guitarra y voz. Lowell Levinger guitarra y piano. Joe Bauer batería

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