domingo, 12 de enero de 2014

Surcos del Siglo XXI - 189

A veces me asaltan dudas sobre la capacidad del ser humano, visto lo visto y por lo que me toca, pero en otras ocasiones me llegan cosas como esta y uno duda...


ST Mikael (In Harmony) 2007


Mantengo que todo es cíclico, en ocasiones con una rueda más grande que en otras pero todo gira y vuelve, será que el ser humano necesita regodearse en sus miserias en ocasiones o volver a lo que realmente fue lo mejor que creó en otras.
Genios hay pocos y de vez en cuando se descubren algunos que nos dejan sello y calidad para aburrirnos de nosotros mismos, aunque sean pinceladas en forma de (y en esto lo dirijo a esa pasión que me lleva y a la que llamo Música) álbumes maravillosos sacados de lo más profundo del talento de un músico.
Esto ocurre con ST Mikael, un artista sueco que cuando toma la pluma y se dispone a componer deben ser esos momentos en los cuales los planetas se alinean para que ocurra algo que realmente merezca la pena, porque este trallazo que nos deja es una obra de arte con mayúsculas de la mejor Música Psycho y en este caso sí que no importan las fechas y lugares, porque ha creado un álbum atemporal y maravilloso.
Al margen de lo dicho, esa Psycho que rezuma por todos lados el disco es tan completo que se perciben en él todo tipo de estilos a través de los cinco temas que en cuarenta y cinco minutos de gloria musical nos transporta por donde el artista quiere.
Memorables temas alargados hasta el infinito donde el talento de ST Mikael nos propone un viaje alucinante casi sin descanso por la Música surgida de sus entrañas, con preciosas melodías, inimaginables juegos de cuerdas y guitarras exuberantes, voces que juegan en coros preciosos al margen de la voz solista del artista que sube, baja y llega donde quiere, arreglos espectaculares y esa fuzz que se te mete donde tú no puedes llegar.
Un disco increíble, bello y sorprendente, exhibiciones de Música para soñar como la jam "Higher" en sus 15'25'' demenciales; temas absolutamente brillantes por su anarquía y emocionante ingravidez, como esa salvajada llamada "Soul Power" o la entrada intensa y brutal de "Mother Is Calling" 8'23'' para prepararse; el descarado giro del álbum en el final con esa caricia en la piel llamada "In Harmony" 7'39'' de sueños suspendidos en los sentidos y más Acid Rock en "Lay A Bridge" un viaje apasionante.
Un disco reconfortante, tremendo y creativo, algo para degustar con la calma aunque te lleve al infinito, que para eso estamos.

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