sábado, 28 de diciembre de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCCCXCIII

Belleza y algo más en evocadores momentos que nos trae un artista tan efímero como interesante en lo poco que hizo o quiso hacer.


Mark Fry (Dreaming With Alice) 1971


Cuando alguien es capaz de sacar la sensibilidad de unos sonidos tan emotivos como bellos puede ocurrir cualquier cosa y en eso nos encontramos al escuchar esta obra de Mark Fry, un autor tan poco prolífico como para sacar dos discos en su trayectoria (los intentos cuarenta años después se me quedan un poco en sonidos lanzados a la nada) y esta su primera intentona en el mundo de los sonidos ser una pequeña delicatessen de emociones y sentimientos unidos a través de la Música.
Folk Psycho tremendo, con ese aire melancólico que esta Música transmite, pedazos de piel hecha sonidos a través de la voz lacónica, triste y emotiva de Fry que nos lleva por esos caminos de sueños imposibles, alejados de lo que la realidad nos ofrece como opresora de nuestras necesidades.
Un susurro en cada tema, una bienvenida al mundo onírico de lo que nos propone entre guitarras acústicas rasgadas con suavidad y acariciadas con mimo tanto en momentos de soledad de las seis cuerdas en los temas como acompañadas de instrumentos que no hacen sino ayudar en esa textura de suavidad inmensa. Flautas que como una melodía de noches en vela se te meten por los sentidos y ayudan a levitar entre momentos de calma chicha y ritmos nunca enloquecidos porque la obra no lo permite junto a ese sitar tocado con maestría y que sabe a gloria de tiempos y épocas pasadas, lugares lejos de nuestra cultura tan ancestrales como lo que saboreamos por aquí. Percusiones maravillosamente enlazadas con la Música melódica que nos abraza, tablas y timbales que ayudan al tempo de los temas, algunos suspiros de segundos que se te van en la primera nota, otros elaboradas composiciones que recorren todo el espectro en el cual el autor se maneja como quiere.
Un disco donde la delicadeza se suma a la calidad de toda la obra dejándonos una sensación de paz y encantamiento que no cesa porque son sonidos embaucadores, maravillosos, pura orgía sensorial más allá de todo lo que nos pueda indicar cada tema, cada nota tocada con esa sensibilidad abrumadora que nos hace suyos.
Una pequeña obra de arte para disfrutar de todo lo que es la belleza a través de los sonidos, algo que tanto se desea y a veces tan pocas veces aparece, aunque se encuentre en eso que llamamos magia.

Songs:  Dreaming with Alice;  The Witch;  Song to wild;  Roses for Columbus;  A Norman soldier;  Lute and flute;  Narrow street;  Mandolin man 

2 comentarios:

  1. Hay momentos en los que la suavidad de unas notas son verdaderas caricias sensoriales, esas que consiguen una especie de sosiego mental casi espiritual, y que convierte a la Música en un gran placer.
    Precioso y me atrevería a decir que puede llegar a ser incluso curativo.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La Música es emoción y sentimiento, por supuesto que es curativa sólo hay que dejar que llegue a la herida.
      Besos

      Eliminar