sábado, 21 de diciembre de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCCCLXXXIII

Otra manera de entender lo que nosotros llamamos seda y que de alguna manera se transforma para vestirnos a través de los sonidos.


Subway (Subway) 1972


Como reza la contraportada del vinilo Subway no es un grupo, es un dúo y a partir de aquí todo es más fácil de entender y al mismo tiempo más sorprendente.
El americano Irv Mowrey, compositor de las melodías maravillosas y absolutamente ensoñadoras que componen el disco así como guitarrista, vocalista y arreglista de todo el álbum se trasladó a Inglaterra donde se encontró con el violinista Malcolm y juntos comenzaron la aventura de creación de esta verdadera joya del Folk Prog. Psycho absolutamente magistral.
Canciones intimistas, personales y que relatan la vida y las vicisitudes de la misma como un poema, auténticas lagrimas escritas desde las entrañas por el iluminado de Irv y secundadas de manera única por ese violín que parece desgarrarte y que maneja con impecable estilo y maestría Malcolm.
Surgidas de la experiencia de horas y horas tocando donde se podía, especialmente en ese lugar cuna de demasiadas cosas como es el metro una vez trasladados a Francia, la suerte les siguió siendo esquiva y este conjunto de canciones es una demostración de lo que nunca fue más allá porque la suerte, los hados o ¡¡vaya usted a saber!! les negó lo que por calidad debieron tener.
De esta manera "Subway" se convierte en una pieza casi de museo, ya no sólo por la calidad que atesora, comparable a otros monumentos del mismo estilo musical sino porque es una demostración más de esa orilla donde tantos han llegado para sucumbir después.
Los sonidos de los temas impregnan los sentidos con una facilidad insultante, las acústicas te adormecen y hacen suyo, tocadas con una sensibilidad extrema mientras que el violín se erige en el centro musical de todo lo que pasa, bien sea en solos desgarradores que claman a las estrellas bien como sonido que tras el conjunto van entrando y saliendo de una manera genial abundando más en esa sensación de desasosiego dentro de la belleza de los temas.
La voz de Irv es una delicia, una auténtico placer sensorial que te acaricia sin aspavientos a pesar de lo que ocurra a su alrededor musicalmente y poco a poco se hace parte de ti.
Un disco excepcional, bello y sobre todo emotivo, un viaje a esos sentimientos que afloran cuando puedes llegar para reconocerlos.

Face 1: I am a child;  Song for sinking shelters;  Warm you are;  All the good things
Face 2:  Enturbulaton-Free form;  Arizona sands;  Rosanna of the roses;  Can I trade with you my mind


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