miércoles, 17 de abril de 2013

Surcos del Siglo XXI - 57

Alguien que comenzó en el siglo XX y se ha metido de lleno en el XXI, aunque donde fue lo que fue no llegara a esos mágicos números.


Van Morrison (The Healing Game) 1997


La última joya del genio de Belfast, al menos para mí, que he amado su Música durante más de tres décadas, y si con esto me consideran blasfemo los que siguen porque deben o los que deben porque siguen y su amor va más allá del mío, para gustos los colores.
Un disco excepcional, en lo creativo, un conjunto de canciones que recuerdan la época dorada de este león que cuando ruge hierve la sangre en las venas, bien es verdad que sin esa voz de vértigo que te arrancaba las entrañas, pero con una manera de componer aún brutal y salvaje, una interpretación que es una alegoría a la Música bien hecha, acompañado de un grupo de músicos (muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimos) que hacen diabluras con cada tema, cada instante musical que se eleva hasta las estrellas.
Como si hubiera nacido de nuevo, furioso, visceral y tan de mala leche como siempre, los últimos coletazos del Morrison genio los plasma en esta obra que desde el primer instante te arrastra por su belleza, su calidad y la manera de hacer que la Música suene a algo más que los sonidos emanados del vinilo.
Tampoco escatimó tiempo en el disco, 53'38'' en diez canciones simplemente perfectas, compuestas con su talento, su clase y la ayuda de unos tipos que creían en lo que hacían cuando grababan estas maravillas. Durante todo el disco el saxo de Pee Wee se eleva majestuoso, en la mejor vena compositiva de Van, la voz en coro como una sombra de Brian Kennedy es el complemento perfecto para la garganta (aún viva) del genio, y esos pianos y "Hammond" por Georgie Fame que abrasan el alma cuando suenan y rompen el silencio.
Van se reserva cantar, la acústica y ¡cómo no! la armónica, que en este momento de su carrera era inseparable en sus creaciones (visto en directo como tuve la fortuna de verle presentando el disco llevaba hasta ocho distintas, ¡¡de traca!!) y lleva el disco como quiere y le da la gana.
El comienzo demoledor de "Rough God Goes Riding" te va poniendo en guardia para lo que viene, con trallazos como esa gloria llamada "Sometimes We Cry", demoledora, o esa "The Healing Game" que cierra un disco épico. Entre medias trallazos como "Fire In The Belly", "Waiting Game"... las que se quieran.
Quizás tengamos más ramalazos de genio de este juglar intemporal que es parte de la historia de la Música pese a quien pese, pero por ahora me quedo gozando (del verbo gozar con todas sus implicaciones) con este disco que fue, de nuevo, una obra de arte de las muchas que nos ha ofrecido a lo largo de más de cuatro décadas regando magia.

1:  Rough God Goes Riding;  Fire In The Belly;  This Weight;  Waiting Game;  Piper At The Gates Of Down
2:  Burning Ground;  It Once Was My Life;  Sometimes We Cry;  If You Love Me;  The Healing Game



4 comentarios:

  1. El que tuvo retuvo y guardó para deleite de los que lo admiran.
    No cabe duda que bajo ese sombrero negro y tras esas gafas está el chico rubio de Belfast que asomó al mundo de la música tras una mirada inocente y tímida pero dando todo el alma.
    Precioso.
    Hasta el próximo.
    Ciao

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    1. Siempre hay algo que aprender de estos genios que están a años luz de todas las cosas.
      Ciao

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  2. Siempre es bienvenido este fabricante de sonidos, se agradece poder refugiarse en sus letras, en esos sueños cantados convertidos en melodías eternas.
    Es uno de los grandes, es uno de esos genios.
    Besos.

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