lunes, 1 de abril de 2013

Espera



Sentada en un rincón de la habitación, dormitas mientras tu cuerpo relajado intenta vencer al sueño. Me esperas, hace tiempo que debí llegar hasta tu regazo, pero el inexorable cúmulo de evidencias impidieron amarnos aquella vez.

Hoy estoy aquí, y en silencio descalzo mis pies para acercarme a ti como el depredador a su presa, aunque en esta ocasión la presa sea el portador del cariño y la pasión que espero obtener. El libro que apenas puede ser sostenido por los dedos es retirado suavemente, y un gesto sobre tus labios y tus ojos te invitan a seguir así, soñando, esperando, imaginando...

Llega el primer beso, dulce, sensual, deseoso, y comienzo a recorrer con mis manos ese rostro sereno y tranquilo que me vuelve loco. Quizás, esta jornada, sea tan particular como excitante, así lo espero.

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