jueves, 7 de marzo de 2013

Kevin Ayers


Un Clásico, y quizás ponerlo con mayúsculas joda a más de uno, y quizás sólo decirlo les joda más, pero es lo que tienen los colores, que no saben de gustos, y en este caso escribo sobre un músico que me ha dado muchas horas de fascinación y emotividad, que fue creador de muchas cosas, pionero de otras y parte fundamental de una clase de Música que me fascina.
Kevin Ayers fue lo que quiso, hizo lo que le dio la gana y dejó su impronta de genio cuando le pareció, y eso más que les joda a algunos ni lo hace cualquiera, ni pueden permitírselo.

Uno de los pilares básicos de la escuela de Canterbury, vértice y magia de eso que se llamó Prog. de lujo, con clase, estilo y ganas, uno de esos creadores que pensaba que lo que hacía merecía la pena y lo llevaba hasta el final con todas sus consecuencias, y así surgió un tipo que puso junto a otros patas arriba el concepto de Música, de creaciones y de libertad absoluta a la hora de llevar lo que su mente imaginaba hasta el pentagrama, y por eso, aunque sea simplemente por eso y nada menos es un Clásico.
Además no es el concepto del Clásico clásico, porque se fue y no volvió, dejó su legado, un puñado de grandes obras y algunas de esas joyas que se pueden llamar incunables, no dejó que su figura se desgastara en escenarios paseando un bonito cadáver, vivió la vida como quería y porque quería, y después hizo que los que quisieran recordaran lo que había hecho y los que le echaban en cara no haber hecho más se jodieran echando pestes de lo que no fue en lugar de lo que realmente es.

El Prog. (al menos una vertiente muy clara del mismo) no se entiende sin Kevin Ayers, sin su voz excepcional y particular, sin sus maneras y su estilo, en grupos o en solitario, por eso es un Clásico, aunque... pues eso, y al escuchar sus obras y no poder evitar esa excitación de lo que te penetra hasta la médula por ser magia pienso que lo hizo y basta, que alguno de sus trabajos (los que son, ni más ni menos) tienen más clase que la obra de treinta años de más de uno, me reitero y como siempre voy contra corriente, porque Kevin Ayers me apasiona y me sublima cuando quiso hacerlo y luego adiós, pero si en multitud de ocasiones se echa en cara que no lo dejen me sorprende que en este caso se eche en cara haberlo hecho ¿celos? ¿envidia? mediocridad y mucha basura.

Las notas de sus trabajos resonarán siempre, la deuda de una época estará ahí, y la sonrisa con la cual se retiró para reírse del mundo y joder a más de uno no se irá jamás, más que les pese.
Kevin Ayers, un Clásico, al menos para mí.


2 comentarios:

  1. Una voz maravillosamente cáliday varonil en contraste con un físico aniñado, ligeramente femenino.
    Uno más que ha ido a unirse a ese banda de genios que se está formando en algún lugar (no tengo la menor duda) y que será maravillosa.
    Que vayan ensayando para cuando lleguemos allí.
    Hasta siempre.

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    1. Disfrútalos si vas allí, yo no tengo la menor duda de que no iré a ese lugar, lo mío es algo más oscuro.

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