martes, 5 de febrero de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCXXXV

Un recuerdo de un músico que me ha dado, y sigue haciéndolo, momentos excepcionales de placer sensorial, y al que nunca me cansaré de alabar.


Roy Buchanan (Roy Buchanan) 1972


Tras un período de desaparición física y varios intentos más o menos afortunados de comenzar su andadura musical (entre los que se incluyen grabaciones con Charlie Daniels de las que casi sale un álbum y con "The Band") la irrupción en el mundo de los sonidos de este excepcional y único guitarrista se produjo por fin en el año 72.
Tan fascinante como desconocido (aún hoy lo es) Roy deja claras sus intenciones en el disco homónimo dando lo que sería su santo y seña a lo largo de los años, Blues puro, eléctrico, descarnado y bello, con sentimiento, acompañado de temas y composiciones que comenzaron a labrar su fama como el mejor de los mejores.
El trabajo a la guitarra de Roy es simplemente único, nadie jamás ha podido realizar lo que él sacaba de su "Telecaster", esa manera de hacer que una guitarra transmitiera los sentimientos a través de los dedos de un músico singular, autodestructivo y genial, un portento con su instrumento y un sentimiento en su Música.
Acompañado de músicos que siguen al genio y arropan en lo que deben esos sonidos de las seis cuerdas de acero, Roy se encarga de abrazarnos durante los 33'33'' que dura esta primera obra (lamentablemente muy poco para quien lo escucha por primera vez y lamentablemente más corto aún para quien lo saborea por enésima) con el sonido de su compañera que nos hace soñar, ir donde quiera y alcanzar las cotas más altas al estremecernos con las notas que cortan el aire.
Al mismo tiempo nos regala el susurro de voz grave pero melodiosa en los temas que recita más que canta, como una oda a lo que su guitarra hace, esas estrofas que como letanías se te meten en el alma.
Junto a él, Chuck Tilley a la voz, Teddy Irwin en la guitarra rítmica, Pete Van Allen al bajo, Dick Heintze en el "Hammond", la única réplica que permite la guitarra de Roy y que suena como los ángeles y Ned Davis a la batería.
El disco es un clásico porque nos regala varios temas de los que Roy degustaba y degustó toda la vida, sabiendo que en directo era simplemente magia pura, en este trabajo nos deja esa maravillosa ensoñación titulada "Sweet Dreams", una pieza de museo que estremece las entrañas, o la joya que es "The Messiah Will Come Again" y ante esto no se puede decir nada, simplemente gozarlo. Dos blues descarnados que en sus manos son bombas que estallan en tu cara, "John's Blues" y "Pete's Blues", demencial, como esa versión divertida y con ritmo del tema de Hank Williams "Hey Good Lookin" un divertimento con mucha clase.
Un disco para disfrutar, maravillarse por la clase y el genio de un músico único, el comienzo de algo que se fue y que nunca ha sido igualado.
Niñas y niños, mayores y menores, monstruos y el resto, con ustedes el mejor guitarrista de la historia, Mr. Roy Buchanan.

Side A:  Sweet Dreams;  I'm a lonesome fugitive;  Cajun;  John's Blues;  Haunted House
Side B:  Pete's Blues;  The Messiah Will Come Again;  Hey Good Lookin


2 comentarios:

  1. Os invito a disfrutar del "Cocktail Roy". Es un placer para los sentidos, apto para niños y mayores. La resaca que provoca es algo tan fantástico que se aconseja tomarlo sin medida.
    Los ingredientes de este cocktail son: sentimientos a discreción, un chorrito de magia, unas gotas de blues, un toque de alma, todo ello agitado por las cuerdas de una guitarra sabiamente acariciada.
    Ya me direis qué os parece el "cocktail Roy". Seguro que repetís.
    Besos.
    Hasta el próximo
    Ciao.

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