lunes, 4 de febrero de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCXXXIV

Volvemos a uno de mis clásicos, y en esta ocasión hablo en primera persona porque la verdad, el desconocimiento de la obra de este grande me la suda, de modo que por puro placer emocional, nos visita...


Bruce Cockburn (Bruce Cockburn) 1970


De alguna manera hay que empezar una carrera, y de alguna manera el mito comienza haciéndose, por eso, como todo tiene un principio y un... hasta donde se quiera, me apetecía traer el primer trabajo de un hombre, cantante excepcional, genial guitarrista de acústicas infinitas y eléctricas imposibles que desde su Canadá natal comenzó una carrera de la que afortunadamente me siento parte por amar su Música y el sentido que le da.
Bruce Cockburn es un grande, no es mi estilo decirlo y ya está, no me gusta imponer sin escuchar o hacer que se escuche, pero cada vez más leo y escucho a mi vez a majaderos castrados que asienten dando lecciones no sé de qué sobre basura enlatada y mierdas atropelladas, por eso en este caso voy a ser radical. 
Cockburn es un grande, una figura de una importancia capital en la Música de su país, y para el que lo escuche, de la Música en el orbe, y este primer trabajo no será ni el mejor ni el... pero es otro más de esas pequeñas delicatessen que nos ha regalado tras más de cuarenta años de creaciones inolvidables.
Que no se le conozca, me da igual, que nadie sepa el por qué de su grandeza, me la suda, que... importa una mierda cuando puedes deleitarte con las maravillosas sensaciones que sus creaciones nos envían, hacerse parte de ellas y dejarse embaucar por una voz que es un susurro, un sentimiento.
Contador de historias sublimes, ya desde su primera obra tocaba la fibra con temas que son mensajes al alma, un disco íntimo y envolvente que te hace suyo, o mejor aún, tiene la capacidad de creer que lo haces tuyo, y a partir de ahí la magia se dispara.
Voz y guitarras en las manos de un genio que acaricia el silencio, te atrapa y lleva donde quiere, acompañado de tres músicos que se dedican, en las ocasiones en las cuales participan, a dar un toque tan personal como íntimo, para que todo parezca un suave paseo por los sueños.
Dennis Pendrith al bajo, Michael Ferry en la percusión y Eugene Martynec ayudando en las guitarras se mecen al ritmo de las composiciones de Cockburn, que en diez temas genuinos, del más puro estilo Folk acústico provoca que puedas dejarte ir en un viaje sin retorno.
Para conocer lo que fue antes de agrandarse casi hasta no verse, este maravilloso paseo por los inicios de un genio que aún se permite llevarte donde quieras, y si no gusta... lleva así 40 años y a mí me vuelve loco.

Side One:  Going to the country;  Thoughts on a rainy afternoon;  Together alone;  The bicycle trip;  The thirteenth mountain
Side Two:  Musical friends;  Change your mind;  Man of a thousand faces;  Spring song;  Keep it open

2 comentarios:

  1. Alguien muy especial, por como transmite, por lo que provoca, por tanto y tanto sentimiento.
    Tiene encanto, alma... es un sueño.

    Un Músico con mayúsculas.
    Besos.

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