viernes, 15 de febrero de 2013

De Vinilos y Otras Glorias DCXLI

Un tipo que fue encantador, un rockero de la vieja escuela, aunque hoy sea un esperpento. De su época gloriosa, un poco de Rock para deleitarnos con lo bueno.


Alice Cooper (Love It To Death) 1971


El tercer álbum de este rockero impenitente que se ha movido toda su vida en los límites de lo prohibido (salvo cuando de viejo se convirtió en un renegado de su propia causa) es el primer gran título de su obra setentera, con diferencia y de largo lo mejor de su longeva carrera discográfica que aún hoy sobrevive.
Este "Love It To Death" fue el primer disco de Alice Cooper en lograr esos temas tan suyos que por encima del Rock clásico y en devaneos con el Hard y el Heavy de los primeros tiempos se hacían parte de uno por lo pegadizo de sus melodías acompañados de la voz inconfundible y personalísima del músico, además de definir ya lo que se dio en llamar el shock rock, un estilo que unía magia y teatralidad al escenario junto a la Música que se presentaba, una manera directa y entre las cejas de presentar los sonidos.
Con un concepto básico de banda, dos guitarras, bajo y batería junto al front man por excelencia, ayudados en ocasiones por teclados que más adelante serían pieza de sus grupos, el poder del Rock  nos atrapa desde esas composiciones clásicas que caen como una losa.
Las dos guitarras a cargo de Glen Baxton como solista y Michael Bruce como rítmica, que también se encarga de algunos teclados. El bajo corre a cargo de Dennis Dunaway y la batería para un clásico del Rock universal, Neal Smith. Bob Ezrin actúa como invitado encargándose de los teclados y además es el productor del disco, responsable de este sonido que a partir de aquí fue el sello de Cooper.
La primera obra con temas imperecederos que han llegado hasta nuestros días, donde toda la banda se implica en las composiciones según qué momentos, bien como escritores en solitario o como grupo, algo de agradecer, porque realmente al margen del carisma del vocalista Cooper, se trataba de una banda en el sentido más amplio del término y por eso funcionaba tan bien; ese crack llamado "I'm Eighteen", uno de sus himnos, el temazo de 9'09'' "Black Juju"con aires góticos y de otros lugares lejanos; una declaración de intenciones "Is It My Body", ese temazo que aún hoy interpreta llamado "Ballad Of Dwight Fry" 6'32'' de puro Rock Duro.
Un disco tremendo, el comienzo de lo mejor de un grande cuando podía serlo, puro Rock de muchos quilates, Hard del bueno para degustar el poder de las guitarras, una base demoledora y la voz de un front man a la vieja usanza, excéntrico, provocador y en el límite, excesivo y radical... un músico como la copa de un pino cuando lo fue.
La portada, otra vacilada de Cooper, la original pretende lo que no es y eso provocó su censura. Hay hasta cuatro carátulas distintas que demuestran la estupidez humana cuando la falsa razón quiere superar al arte.

Side One:  Caught in a dream;  I'm eighteen;  Long way to go;  Black Juju
Side Two:  Is It My Body;  Second Coming;  Ballad Of Dwight Fry;  Sun Arise




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