viernes, 2 de noviembre de 2012

De Vinilos y Otras Glorias DLXXXVIII

No puedo por menos que ponerme en pie al presentar al grupo que a continuación nos visita, siguiendo la estela de esos monstruos creadores de lo que fue una corriente irrepetible.


Tangerine Dream (Electronic Meditation) 1969


Y me pongo en pie porque al margen del valor indiscutible como grupo creador de sonidos emocionales, viscerales y sobre todo capaces de hacernos viajar en el espacio infinito, se trata de un grupo que me inició, para mayor gloria de mis sentidos posteriormente, en el Krautrock cuando ni tan siquiera sabía qué podía pensar de ello allá con mis quince años y perdido en la inmensidad de los sonidos que estos magos me dejaban.
Tangerine Dream es uno de los mitos de la Música teutona, un grupo que aún hoy, más de cuatro décadas después, son buscados para expresar en Música sentimientos, emociones y maneras de llevar hacia adelante lo que los sueños nos dejan, porque Tangerine Dream es un sueño hecho Música y sonidos, ya sea expresando lo que buscamos más allá de nuestros deseos, ya sea como camino a lo que deseamos.
Su primera obra, este maravilloso ejemplo de la Música electrónica que como pioneros marcan de manera excepcional, "Electronic Meditation", nos lo dice todo con su título, una manera de hacernos pensar o dejar de amarnos con los sonidos a través de esas improvisaciones infinitas, sin pausa, que nos envuelven entre la experimentación y la base creada para los sueños.
Los iluminados que se atrevieron a hacer algo partiendo de grabaciones en cinta y mezclas varias sin atisbo de pretensiones más allá de la propia manera extrema de crear sonidos que llevan el sello de lo libre y cósmico son Edgar Froese, uno de los iconos de la Música alemana y mundial haciendo lo que quiere con los teclados, la guitarra, los efectos de sonido y las cintas magnetofónicas (de donde sale casi todo aunque no lo parezca)
Junto a él Claus Schultze en la batería, percusión y los palos metálicos y para completar el trío mágico Conny Schnitzler en el chelo, violín, la guitarra y la máquina de escribir.
Colaboran de manera excepcional por su aportación Jimmy Jackson en el órgano y Thomas Keyserling en la flauta.
Atmósferas demoníacas, viajes astrales sin retorno, teclados que envuelven de manera mística, cuando no te hacen caer en la ensoñación, guitarras desmadradas y rasgadoras que atraviesan el aire, acero que te quema, junto a vientos que hacen que todo se sumerja en un ambiente fuera de este mundo para dar la sensación de emociones sin medida.
Cinco temas que son un todo, una manera sin pausa de transmitir lo que se siente cuando uno va abandonando este mundo, una obra conceptual en su creación y que se debe tomar como un conjunto de sonidos donde todo es posible, a través de los más de 36' de deleite y fuga sensorial.

side a:  Genesis;  Journey through a burning brain
side b:  Cold smoke;  Ashes to ashes;  Resurrection

4 comentarios:

  1. Son creadores de sueños, uno tras otro me hacen alcanzar otra dimensión, un escape sensorial que solo se es capaz de provocar, cuando los sonidos se llevan al límite, a las puertas del infinito...
    Fantasía.
    Besos.

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    1. No quieras saber dónde acababa yo al escucharlos de madrugada...
      Besos,

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  2. Supongo que no sería en tu cama, tapado hasta la nariz con una mantita.. y es que la Música te puede transportar hasta lo inimaginable.
    Eso si que es disfrutar!
    Besos.

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