sábado, 8 de septiembre de 2012

De Vinilos y Otras Glorias DXXXIV

Un artista que me emociona, con tantos vaivenes en su vida que cuando lo encuentro me gusta saborearlo por lo que da, que es mucho.


Steve Forbert (Alive On Arrival) 1978


A pesar de contar ya con 24 años, que no son muchos si miro mi carné pero algunos a tener en cuenta en el mundo de los sonidos, este rockero de Mississippi se lanzó a la aventura de crear su propia historia con este álbum de debut que como casi todo lo que hace es un pequeño tratado de Rock'N'Roll salido de las entrañas.
Con una cara de niño exagerada en la portada, como de no enterarse mucho de qué iba la fiesta, su disco de presentación es una maravillosa sensación de inocencia y querer demostrar que sabía lo que hacía, una mezcla de genuino sabor americano de décadas rockeras y un paso más en las creaciones que salen de sus manos.
En mi opinión no es su mejor trabajo, su Música fue madurando los años posteriores y llegó en una primera década prodigiosa a entregarnos ráfagas de seda, pero sí es el punto de partida de su intención por hacer algo y que se supiera que es él, y en eso es un disco encantador y maravilloso, porque nunca jamás ha estado tan desnudo de otros deseos, y es Steve Forbert en estado puro.
Su voz ronroneante te penetra como un cuchillo en la mantequilla, incluso en temas de puro fuego puede sugerir algo íntimo, un sonido que llega hasta lo más profundo y que se dirige directo a las entrañas. Compositor prolífico, escritor de Rock sin tapujos, en la mejor tradición de los juglares modernos con letras que cuentan historias de las que puedes ver al lado de cualquier casa, local, pueblo, se encarga de la guitarra y la armónica, en la mejor tradición de los tipos que se pateaban la carretera sin nada más que las ganas de entregar su Música (como demostró años después)
Junto a él un grupo de músicos que entienden lo que hace a las mil maravillas y plasman en el vinilo los temas creados por este tremendo vendedor de sentimientos.
Steve Burgh a la guitarra; Barry Lazarowitz a la batería y percusión; Hugh McDonald en el bajo y la guitarra; Robbie Kondor al piano y órgano; David Sanborn en el saxo; Harvey Shapiro en el pedal steel; Brian Torff al bajo.
Todos ellos hacen realidad una grabación con diez temas que en sus 38'18'' recorre el Rock, el pop, la Música tradicional y la esencia de una tierra prolífica en grandes momentos de Música, dejándonos una obra que da gusto escuchar, de las que nunca sobran y cubren cualquier instante más allá de las ganas que tengas por estar, porque es Música, simplemente y nada menos.
Para disfrutar de la Música bien hecha, trallazos rockeros y baladas sublimes, susurros al alma y descargas de adrenalina, paseos por campos abiertos y conciertos en locales a reventar con un buen vaso de... en la mano.
Fue su comienzo, y a partir de ahí lo que todos conocemos, por eso este "Alive On Arrival" me llega muy dentro.

Side One:  Goin' down to Laurel;  Steve Forbert's midsummer night's toast;  Thinkin';  What Kinda Guy?;  It Isn't gonna be that way
Side Two:  Big City Cat;  Grand Central Station, March 18, 1977;  Tonight I Feel So Far Away From Home;  Settle Down;  You cannot win If you do not play


6 comentarios:

  1. La primera vez que escuché a S.Forbert fue con The America in Me y ahora después de leer tu entrada, apetece escuchar a este joven trovador que con toda seguridad hará que esta tarde tenga otro color.
    !Vamos allá!
    Besos.

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    1. Los colores los provocan muchas cosas, hoy el mío es gris, sin embargo la Música me lo convierte en arco iris.
      Besos,

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  2. Entrañable Steve Forbert, tiene una habilidad especial para hacerme llegar su música envuelta en una atmósfera íntima, con temas de una magia que consigue apaciguarme el alma y otros, de levantarme con un empuje de energía a mis sentidos.
    Categoría y clase no le faltan.
    Un besazo.



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  3. Maravillosa esa manera de contar historias.
    La primera vez que lo escuche me llego tan dentro que supe que no seria la unica vez.
    Hoy, despues de escuchar este disco me he dejado querer por esa voz tan particular y he disfrutado de otros dos discos mas.
    Cuando lo escucho me siento como si estuviera con un amigo de toda la vida. Es increiblemente accesible, intimo, familiar. Vamos, que me gusta a rabiar.

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    1. Pues si algo gusta, sólo se puede disfrutar, y una vez escuchado, hacerlo parte de tu alma.

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