martes, 3 de julio de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CDLXV

El mito en estado puro, como a mí me gusta y me ha gustado siempre, una época en la que he encontrado demasiadas cosas buenas como para olvidarlas.


Van Morrison (Saint Dominic's Preview) 1972


Salvo excepciones (algunas de ellas de gente que entiende de esto mucho más que yo) que consideran al genio de Belfast "Un Pestiño", Morrison está considerado por la mayoría de los mortales que adoran la Música como uno de los mayores genios del siglo XX (lo del XXI ya es otra historia) y comparto esa opinión a pies juntillas.
Al margen de una carrera que abarca cuatro décadas, en todas ellas con genialidades "made in Van", la primera época, esa maravillosa sensación que cubre una década, es simplemente magia hecha sonidos, y los primeros cinco años seda pura.
"Saint Dominic's Preview" es el quinto disco de la monumental discografía de este genio, monstruo de la Música contemporánea que además se encontraba en un momento creativo de máximo esplendor, con una capacidad compositiva simplemente única y un momento personal dulce e irrepetible.
Cada instante en el álbum es una barbaridad sonora de proporciones épicas, una tras otra las distintas canciones van desarrollándose con esa insultante facilidad que tiene el "León de Belfast" para hacer fácil lo difícil, y de nuevo se encumbra dando una obra superlativa que recorre la columna vertebral de emociones y sensaciones geniales.
Un disco completísimo, uno más en esa carrera de comienzos de década apabullante, temazos que sobrepasan lo establecido, y como casi siempre el dominio absoluto de su obra co-produciendo el disco y supervisando los arreglos, además por supuesto de ser el escritor de todos los temas.
Morrison se encarga de las guitaras, rítmicas y sobre todo acústicas y por supuesto de la voz, esa poderosa máquina que anida en su garganta y que le permite hacer lo que le da la gana cuando se sirve de ella para elevar a lo más alto, susurrarte, gritarte hasta estremecer o casi desaparecer en esos silencios tan suyos que no hay por donde cogerlos. Un momento estelar con un intérprete único, maravilloso y genial.
Junto a Morrison una pléyade de músicos que se acoplan perfectamente a los deseos del genio, creando un universo musical maravilloso donde las sensaciones estremecen, 41'12'' de auténtica orgía musical en siete obras que por sí mismas son pequeñas joyas dentro de la joya que es el disco.
Monumentales creaciones, algunas de ellas míticas en su discografía, como ese rugido sin final en la obra magna que es "Listen To The Lion", donde su capacidad vocal queda reflejada en los 11'07'' que dura el tema, rugiendo, saltando, gritando...
Obras musicalmente exquisitas, como esos 10'05'' de "Almost Independence Day", otra soberbia creación para enmarcar, o el temazo que da título al álbum y que en sus 6'23'' se convierte en un canto a la esperanza con una composición simplemente mágica.
El homenaje a uno de sus mitos (los mitos lo son y los tienen, ¡¡cómo no!! salvo algún gilipollas que se cree que comenzó todo) en la preciosa "Jackie Wilson Said", la rítmica "Redwood Tree" o ese contra ritmo de "Gypsy"... genial. "I Will Be There" termina este recorrido por un monumento a la Música con mayúsculas, una obra de arte.
"Saint Dominic's Preview" es una animalada, un disco para saborear y disfrutar de un genio en estado de gracia, una verdadera orgía sensorial, y que dure.


2 comentarios:

  1. Sin ser el disco más conocido, o los temas mas famosos de Van Morrison, es un "Morrison" en estado puro, donde se pueden encontrar muchos de los matices que hacen su música especial.
    Para disfrutar de este rubio inconfundible.
    Hasta el próximo.
    Ciao

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    1. Demasiado bueno para ser cierto... es lo que tiene este tipo, que la belleza de su Música no cesa.
      Ciao

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