domingo, 22 de julio de 2012

Adiós a un Músico (y el Hammond lloró un poco)


Apenas cumplidos los catorce años, con las ideas de un loco enamorado de sonidos que iban llegando a mi cabeza por primera vez, perdido en el garaje del padre de un amigo para no ser visto realizando la heregía de escuchar la Música del diablo, me deleitaba con una vieja cinta de casette donde los aullidos de un "Hammond" me hacían pensar que había vida detrás de lo poco que nos enseñaban.
Ese "Made In Japan" glorioso, extraño, eterno, inmenso... me hizo crecer entre oscuridad, palabras de órdenes nunca cumplidas, rebeldía a flor de piel y sobre todo enamoramiento por una Amiga que 35 años después aún me acompaña.

La primera vez que me sentí atraído por un instrumento más allá de las seis cuerdas de mis héroes soñados, cuyos nombres me sabía de memoria y recitaba como una letanía, la primera vez que un sonido que no fuese una guitarra me hizo soñar fue el maravilloso susurro del órgano de Jon Lord, un músico, un artista, un verdadero mito de la Música en general y del Hard en particular.
No voy a contar qué hizo, quién fue, por qué... sólo me interesa lo que me hizo sentir, lo que me dio y estas líneas son simplemente una muestra de agradecimiento a un tipo que creo fue mucho más de lo que se le reconoció, a pesar de habérsele reconocido mucho.
Formación clásica, excelso conocedor de la Música desde sus orígenes, Lord hacía vibrar ese maravilloso teclado al compás de su cuerpo empujándolo furibundo o acariciando las teclas para que rompieran el ambiente, siempre en lucha con las seis cuerdas que se empeñaban en ser por encima de todo, siempre emergiendo de las sombras del rincón donde su instrumento le mantenía clavado al escenario.

Vibré con sus réplicas a la guitarra, con sus solos al margen de ella, con el ambiente creado alrededor de un tema, de una jam, de un concierto completo por el que se deslizaba sin esfuerzo dado su talento y su capacidad interpretativa, porque a pesar de muchas cosas y de demasiadas idioteces, era un compositor con un talento increíble, y por eso podía hacerlo.
Comencé a amar el sonido del "Hammond", ese pequeño aullido que se me metía hasta el alma y sin el cual no entiendo gran parte de la Música del Rock, lacerándome las entrañas cuando atravesaba el aire, entrando, saliendo, buscando, volviendo, llevando, contagiando la magia de la Música en un sentido global más allá de solistas e iconos ante las luces y el escenario.

Lo maravilloso de la Música y sus creadores es que nunca se van del todo, esos temas eternos que han marcado tu vida vuelven una y otra vez a la memoria, bien por escenas de viejos recuerdos con amigos, Música y sueños o al poner de nuevo los vinilos que a modo de ritual te los traen en las notas que te envuelven una y otra vez. Eso me pasa con Lord, hace mucho tiempo que no escucho nada de lo que creaba , pero lo que dejó en los años en los que crecí amando el sonido del silencio a través de la soledad de una habitación destartalada, con las primeras cintas de casette y más tarde los negros vinilos no morirá nunca, porque si creo en la eternidad para mí la Música es parte de esa eternidad, y las composiciones míticas del músico las llevaré siempre en la memoria.

Más de quince años escuchando llorar a ese "Hammond" que volvía a desprender la piel tras arañarte en un solo más, sin miedo a las seis cuerdas que se empeñaban en... ni la garganta del divo de pecho descubierto y macho a punto de llevárselas a todas, ese teclado que a modo de recuerdo "vintage" emergía entre todo y colocaba cada cosa en su sitio, cuando todo era susceptible de estar ahí.

Por aquellos héroes a la sombra de los héroes, mi adiós a un Músico que afortunadamente me sacó de muchos errores y me hizo sentir la Música a través de cada nota, salieran de donde salieran, además y también de ese bello instrumento que ahora aúlla un poco más triste.

4 comentarios:

  1. Una triste pérdida la de Jon Lord, para mi también fué una referencia, un personaje que me acompañó en aquellos años de juventud en los que creíamos todavia en un mundo mejor.
    Descanse en paz. Un saludo.

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    1. Ahora que hacen falta esperanzas que no llegan, la Música sigue siendo una referencia, y gente como él ayudó mucho en ello.
      Como siempre, gracias por la visita, ese toque de clase que siempre se necesita.
      Un Saludo,

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  2. Difícil resistirse a la tentación, después de leer con que entusiasmo nos presentas a este "Gigante", de zambullirse en Youtube en busca de un directo que nos muestre como sonaba ese Hammond en vivo.
    Y si hoy hay luna llena, que los lobos se dediquen a cantar serenatas, porque en lo de aullar les ha salido un duro contrincante.
    Felices sueños. Besos

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    1. Ahora aúlla a las estrellas, y eso es, simplemente, Música, o nada menos, que nunca lo sé.
      Besos

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