domingo, 12 de febrero de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CCCLXX

Un clásico, antes de casi todo y a juzgar por lo que pasó después, casi que antes de la historia de la Música, pero eso no lo sabían ni los protagonistas, de modo que...


Blues Breakers (John Mayall With Eric Clapton) 1966


Bueno, pues lo dicho, nos encontramos en el génesis de demasiadas cosas, y entre ellas los comienzos de varios genios, porque no nos dejemos engañar por el título del disco, a todas luces desafortunado por los que faltaban por nombrar, eran los comienzos de cuatro monstruos sagrados de la Música, y a partir de aquí lo que haya venido.
Esto es una pieza de museo, un disco de Blues hecho por ingleses cuando nadie creía que los creadores de esta barbaridad de Música saldrían de las cloacas donde les tenían sumidos, un disco de Blues hecho por cuatro iluminados que sí creían en eso que ahora está de moda y que es muy fácil de creer, la universalidad de la Música, pero que en esa época a los que se pudrían en la cárcel les resultaba una quimera, un disco de Blues con mayúsculas (obsérvese esa primera letra más grande) hecho por músicos muy por encima de todo lo que se estilaba, y así salió.
Al margen de carreras, mitos y leyendas, John Mayall  era una auténtica delicia de músico, algo excepcional, genial, tremendo, un compositor excelso y un intérprete magistral, y aquí, encargándose de los teclados, la armónica y la voz lo borda, ¡¡vaya si lo borda!! pero es que a la hora de componer se marca unos trallazos que hubiera firmado cualquier bluesmen negro en pleno éxtasis.
Eric Clapton iba para mito, y en eso está, pero en el año del señor del 66 era simplemente seda, pura magia, nada de exhibiciones de 456 minutos, no hacían falta todavía, se marca una manera de tocar la guitarra que es simplemente excitante, magistral, algo sublime, y eso en un tipo como E.C. lleva a lo más alto.
En el bajo se encontraba un tipo llamado John McVie, y ¡¡qué casualidad!! se trata de una leyenda del Blues británico y posteriormente del Pop-Rock, con 40 años de Música excelsa y magistral, total, que ya se sabía de qué iba el chaval.
Para completar este combo de ensueño Hughie Flint se encargaba de la batería, otra demostración de clase, ritmo, saber hacer, un músico que ha sido y es parte de la historia, por si cabía duda.
El disco es un tratado de Blues eléctrico del más alto nivel, doce temas que van adentrándonos en las entrañas de esta Música de dioses y esclavos, absolutamente magistral, intercalando temas clásicos de toda la vida con creaciones de Mayall y algún que otro toque de Clapton, todo ello tratado con una dulzura excepcional.
La voz de Mayall nos lleva hasta esos momentos de historias duras y rasgadoras, ese timbre suave, casi dulce, dando un tratado con los teclados, especialmente ese "Hammond" que en sus manos suena de muerte, continuos duetos con esa guitarra mágica en manos de E.C., cuerdas de acero al servicio de una Música intemporal, y en conjunto un bloque monumental, armónicas que te arrastran, coros alucinantes, temas que se te meten hasta las entrañas.
Un disco excepcional, una maravilla para conocer los inicios de esa Música que nos sublima en este nuestro continente, cuando algunos iluminados entendieron que las fronteras las crean las mentes mediocres y el placer de la Música es algo que no se puede encorsetar.
Blues, Blues, Blues, una sensación tras otra, y al final... lo que uno quiera.

Side One:  All your love;  Hideaway;  Little girl;  Another man;  Double crossing time;  What'd I Say.
Side Two:  Key to love;  Parchman farm;  Have you heard;  Ramblin' on my mind;  Steppin' out;  It ain't right


4 comentarios:

  1. Esto si que es desbordar pasión haciendo Música, y en mi caso, eso puede conmigo..
    Que manera de transmitir!!
    Maravilloso "Double crossing time".
    Un besazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un disco, cuatro leyendas. Lo dificil es no transmitir, por eso son lo que son.
      Besos,

      Eliminar
  2. Blues, blues, blues, nada más y nada menos.
    Empiezas a escuchar este disco y los pies parece que vuelan, tras los pies el resto del cuerpo hasta que una sonrisa aparece en los labios y se queda ahí hasta el final.
    Una auténtica orgía para los sentidos.
    Muchos besos, que a esta hora están fresquitos.
    Hasta el próximo.
    Ciao

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Besos para quien aprecia la orgía y la vive, sea de sonidos o por la magia de la Música.
      Ciao

      Eliminar