domingo, 22 de enero de 2012

De Vinilos y Otras Glorias CCCLII

Una pequeña vuelta por la previa de una de las mayores fantasías sonoras de un década, ya traída a este paseo y que ahora nos descubrimos de otra manera.


Billy Oskay And Mïcheäl Ö Domhaill (Nightnoise) 1984


Opiniones para todos los gustos, hay gente que considera este disco el primero del maravilloso y exquisito grupo Nightnoise, y entre ellos NO me encuentro, porque si bien es cierto que dos de sus miembros nos traen aquí una maravillosa conjunción de sensaciones, e incluso el título del disco pudiera parecer un guiño a... el grupo que nació dos años después tenía otros dos componentes igual de importantes y además se llamaba como era.
Dicho esto, que podía haberlo evitado según el caso, "Nightnoise" es un disco excepcional, lleno de sensibilidad, emociones y pleno de sensaciones para llenar los sentidos, y eso es algo muy difícil de conseguir.
Estos dos genios de esa tendencia que se dio en llamar "nueva era" (y cuyo nombre repudio, todo sea dicho) unieron sus talentos para ir puliendo lo que sería una carrera prolífica dando todo lo que se puede dar cuando se juntan clase y ganas, y crearon este disco a base de unir y refundir la Música tradicional de su Irlanda natal con esos sonidos que van más allá de la sinfonía y se convierten en cantos intimistas donde uno se emociona con cada nota.
Billy Oskay se encargaba de los violines, violas, piano y harmoniun, en una exhibición de virtuosismo unido a la sensibilidad por los sonidos, llevando a extremos delicados y bellos cada composición.
Mïcheäl Ö Domhnaill da todo un recital con las guitarras, el piano, la flauta, whistles y harmoniun, delicado y emocional junto a su colega, arrancando todo lo que uno puede llevar dentro.
Diez temas que como todo lo que hicieron en su carrera posterior van abriendo el libro de lo que ha sido un período excelso en la manera de entender un tipo de Música sublime, sensible y delicada, una Música para los sentidos, soñar despierto y perderse por donde uno quiere, dejándose mecer por cada nota en los 43' de joya sostenida que es el disco.
Si la Música que presentan gusta, te engancha sin remisión, no hay vuelta atrás, aunque quizás no llegue donde deba muchas veces por la propia propuesta, un modo de entender los sonidos que puede perderse en la propia concepción compleja de lo que se hace.
Para mí, algo para degustar al menos una vez, a partir de ahí...

Side One: Nightnoise;  The 19A;  Bridges;  False Spring;  Duo
Side Two:  City Nights;  After five;  Menucha;  The american lass;  The cricket's wicket

1 comentario:

  1. Escuchar Nightnoise es cerrar los ojos, dejarse invadir por los sonidos, y las emociones mas intensas están servidas..
    Un delirio.
    Besos.

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