martes, 1 de noviembre de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CCLIX

Una de esas pequeñas joyas que cuando uno se las encuentra sólo puede soñar, porque es lo que queda tras disfrutarlo.


String Driven Thing (The Machine That Cried) 1973


Formación inglesa de Progresivo puro, con un sentido maravilloso de la melodía, de la creatividad, un grupo cuyo legado llegó a su máximo nivel en este excepcional álbum, una joya de la época progresiva creada por el alma mater del grupo, Chris Adams, durante su estancia en un hospital.
Chris Adams, creador de todos los temas y líder se encarga de las voces, precioso registro el suyo, y las guitarras, que nunca desentonan, especialmente para llevar los ritmos de los temas, de hecho no existen los solos. Pauline Adams es la "otra " voz del grupo, cálida, sensual, susurrante, una delicia cuando se dedica a cantar. Grahame Smith es el encargado de ese sonido tan particular de la banda con el violín y la viola, descomunal en los solos, en los acompañamientos, siempre está y se nota, simplemente genial. La banda la completan Billy Fairley a la batería y Colin Wilson, que cumplen perfectamente dotando a las composiciones del grupo de una sobriedad realmente tremenda.
Diez canciones de una belleza excepcional con un todo de angustia y desesperación en algunas fases del mismo que se combinan perfectamente con melodías de una preciosidad increíbles.
La cara A nos abre con la que puede ser la mejor canción del álbum, un ritmo absolutamente demoníaco de los violines que te traspasan las entrañas mientras que la voz grita desesperada, suplicante, 6'29'' de ritmo insistente y obsesivo. "To See You" cambia totalmente el discurso, un tema melódico, precioso, la voz de Adams cálida, y el violín acompañándola mientras el resto del grupo marca el ritmo de esta preciosa balada. "Night Club" entra a golpe de cuerdas, riff pesado y base machacona, cambiando tempos y formas según quiere ese violín desmadrado. La cara termina con "Sold Down The River", otro giro en el desarrollo del disco, un tema muy en clave de rock clásico pero con el aditivo de las cuerdas y ese riff pesado de guitarra que con las voces brutales de los Adams te engancha como una cuerda al cuello.
La cara B marca en sus seis temas más variedad, por si fuera poco, comenzando con "Two Timin' Rama", un tema para mayor gloria de la voz de Pauline, una salva en clave de melodía que se va desmadrando cuanto más avanza. "Travelling" es una preciosa balada con la percusión magistral y las acústicas bellísimas, un sueño el violín que da paso a otro trallazo, "People On The Street", 6'00'' de delicia folk prog. con las voces maravillosas, y la banda perfectamente acoplada, de donde sólo sobresale ese violín que te abraza, una maravilla. "The House" nos deja de nuevo ese susurro sensual que es la voz de Pauline, ¡qué belleza!. "The Machine That Cried" es otro tema de talento compositivo, Progresivo puro, coros absolutamente maravillosos, la banda como un todo y ese solo de violín que te mata. El disco termina con mi debilidad, "Going Down", un desgarro que Pauline transforma en lágrimas, una composición bellísima para no volver por este mundo, una joya.
"The Machine That Cried", una joya del Progresivo de más alto nivel, una auténtica delicia para disfrutar de la Música, muy especial y realmente recomendado para volar a través de los sueños.

    

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