De Vinilos y Otras Glorias CCXXXIV

Hace tiempo que no traíamos Música de por aquí, de modo que nos ponemos a ello y con varias andanadas nos quedamos tan a gusto.

Lisker (Lisker) 1979

Grupo originario del País Vasco, en el año 79 hicieron este su único álbum, una obra de Rock progresivo con ribetes Hard, dulcificada en algunas ocasiones con pasajes más folk, creando una atmósfera realmente especial.

Es un legado breve, 35'08'', pero intenso, al margen de ser un gran disco de Música hecha con muchas ganas y clase, poco o casi nada se sabe de sus componentes, una verdadera lástima, como tantas ocasiones en esto que tanto nos apasiona, que es el mundo de los sonidos.

Cinco componentes que manejan los instrumentos con mucha solvencia, especialmente me encanta el poderío de la base rítmica, una batería golpeada con ganas y mucha técnica por José Antonio Salado, con tremendos recorridos en los timbales que jalonan cada tema, realmente bueno; el bajo, para no quedarse atrás, está perfectamente llevado por Javier Zabala, contundente, grave y llevando sin ningún pudor punteos paralelos a las guitarras. El sonido tan particular del Prog. va de la mano de Jesús Gil y su flauta, maravillosas melodías que nos envuelven y llevan a un mundo de ensueño, en solos sin final o dando réplica a la guitarra eléctrica de Julian Alberdi, que sin ser un maestro cumple muy bien su cometido, aunque quizás, para la Música que pretende el grupo echo en falta un poco más de intensidad en las cuerdas de acero, menos limitaciones al crear los solos. El quinteto lo completa Ernesto Gómez, que se encarga de la acústica y las voces, un contraste en la guitarra con introducciones melódicas, arpegios preciosos acompasados a la flauta; en cuanto a la voz, sólo dos temas son cantados, en euskera, para que conste.

Un disco compuesto por cinco canciones, todas ellas una demostración de composiciones progresivas, continuos cambios de ritmo, subidas y bajadas sin pausa, entradas dulces y suaves y giros instrumentales radicales, cuando no se permiten comienzos demoledores, con riff pesados y cambios que la base rítmica va señalando sin ningún esfuerzo. 

Algunos temas, pesados y contundentes, rayan el Hard más poderoso, especialmente si el grupo suena como un bloque, como la brutal "Garajeko Melodia" 7'30'' de carrera contra el golpe de timbal, duetos guitarra-flauta y un cambio salvaje con la acústica. Los temas instrumentales, sin arrastrar los momentos de voz son los más logrados, mi favorita, "Eldarniotik Iheska" con sus 9'17'' es una barbaridad.

En la Cara A la entrada de "Kalean Festa" va poniendo las cosas en su sitio, demoledora "Ametsa Jazarriak", puro Prog. sin pausa en los cambios, y "Bakardade Tristea" redondea un buen disco de canciones para sentirlas.

"Lisker", si eres de por aquí (La Península) no tienes prejuicios absurdos y crees en la ausencia de fronteras cuando se trata de Música, un disco para disfrutar y saber cómo volvieron a empezar muchas cosas después de demasiado tiempo.