sábado, 22 de octubre de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CCXLV

Me gustaría hacer justicia a algún que otro grupo de esos que me hicieron crecer intentando amar algo que apenas me era conocido, la Música, con catorce años a la espalda y comenzando todo.


Leño (Leño) 1979


Como siendo de donde somos ya se ha hablado todo lo que se tenía que decir de Leño, intentaré ceñirme a lo que es el disco y con eso pues vale (o no ¡quién sabe!). Al margen de la Música del propio disco, este primer elepé de Leño es, de largo, el mejor de su carrera, con unos temazos que no hicieron en ningún otro y una forma de interpretarlos que ha quedado para la historia de la música Rock de este país.
Puro Rock, más duro a veces, rock'n'roll en otras, incluso en algunos temas, gracias a la producción y la mano de Teddy Bautista rayando el Rock Prog. pero elaboradísimos a la hora de plasmarlos en el vinilo, algo que nunca más hicieron, y no entiendo por qué.
Rosendo estaba en plena forma, liberado ya del yugo de J.C. Molina y creando sus propios temas, líder indiscutible e imagen del grupo, con su eterna Stratocaster y queriendo llegar a ser un poco como su idolatrado Rory (en alguna entrevista primaria lo dijo él, algo que creo le honra, si después lo ha desmentido él sabrá) esa voz particularísima que se acopla a las canciones que crea y que da el sello de identidad de la banda. Ramiro, uno de los mejores pegadores que ha dado este país en el mundo del rock, contundente, preciso, una fiera tras los timbales y para completar el trío Chiqui, que se chupa todo el disco tocando el bajo salvo en "El Tren" (donde toca Toni que se quedó) y se fue del grupo, o lo echaron que de todo hay. Completando el disco la mano invisible pero importantísima de Teddy, que además de producir mete teclados de una manera genial y la armónica, dando ese toque diferente que este disco sí tiene y el resto de los del grupo no.
Siete temas enormes, lo mejor del grupo, nunca los desarrollaron tanto y algunos son iconos del rock español, aunque no sus más conocidos, como ese monumento musical que es "Castigo" 10'26'' de orgía musical, puro Prog.Rock, con Teddy desmadrado creando algo increíble, o la "Nana" 8'03'' de instrumentos maravillosos. Concesiones a la crítica social (por aquello de la época) "Este Madrid" 5'48'' de ironía, "El Oportunista" o como ser un caradura, "Sodoma y Chabola" el icono y leyenda "El Tren", lo único que quedó de la etapa de Rosendo con J.C. Molina, un canto al alucinógeno más básico y "Se Acabó", un juego guitarrero que me hubiera gustado verle más a Rosendo.
El disco es enorme, grande, no hicieron nada más parecido, ni por calidad ni por cantidad, la producción perfecta, y los temas únicos. Por más que fuese (y lo es aún) una leyenda del rock español, este disco fue el principio y el fin del gran Leño, el resto una buena banda de rock, de lo mejor que había por aquí, pero este disco fue muy especial, algo tremendo.
La portada, otro icono, por las pintas (lo de Ramiro demencial, pero el resto...) lo significativo, el adiós de Chiqui y el hola de Toni que ocupaba su puesto, y el interior alegorías a su Madrid y las letras y créditos. 

1 comentario:

  1. No se puede negar que sabían hacer música y que podían llegar a muchos con sus distintas canciones.
    No eran, o son, lo que me gusta escuchar a diario, pero tienen cosas para cualquier momento.
    Hasta el próximo
    Ciao

    ResponderEliminar