Ghost

No hay como una sesión de Música alrededor de una buena y fría cerveza, y si te acompaña alguien que tiene la sensibilidad tan acusada como para degustar los sonidos y hacerlos suyos con esa guitarra invisible entre las manos, todo se convierte en magia.

Pedro es muy especial, lleva la Música en las venas, yo la llevo en el alma, pero a él le dieron un chute hace décadas y la respira por cada poro de la piel. No he conocido un tipo tan impredecible a la hora de poder hacer suya una melodía sin esfuerzo, como si se mimetizara con él, y es una delicia escuchar a nuestros clásicos y saber que el eco de su guitarra me lo va a devolver en cualquier lugar, estemos donde estemos. Pero no todo son clásicos... afortunadamente.

- "Nos estamos haciendo viejos, querido Amigo" me espetó mientras apuraba un buen trago y susurraba el último solo en vida de Tommy Bolin.

- "No creas, seguimos llegando hasta donde muchos ni sueñan, y te hablo de veinte y veinticinco años menos"

Era cierto, esa mañana había comprado el último vinilo de "Ghost", un sueño musical parido por la mente de varios visionarios nipones que siguen empeñándose en ir contra corriente, más o menos como nosotros, y mientras mi Amigo seguía acariciando las cuerdas de acero le puse "Tune In, Turn On, Free Tibet" una auténtica orgía sensorial en pleno siglo XXI, cuando parece que ya está todo acabado.

La mañana fue un proceso mental gratificante, en la tienda sonaban los temas del disco y varios chicos de veintitantos intentaban averiguar qué narices era eso que les alteraba las neuronas, mientras Eduardo, Pablo y yo flipábamos con lo que se nos venía encima. Esa es la diferencia, si la Música llega tan alto, o estás a la altura o te la das, y nosotros aún podemos volar muy alto, porque  el bagaje que nos empuja es de lo mejorcito, y eso es inigualable.

Una sonrisa, un recordatorio a mi nombre de pila y la cara de Pedro cambió en un suspiro. Los chicos de "Ghost" le estaban envolviendo con sus melodías fuera de este mundo, y él lo estaba captando todo. Hacía ademanes con la guitarra y yo seguía el ritmo con mis pies, o recorría la mesa con los dedos, ¡¡para el caso, si no sé tocar ningún instrumento!! pero la Música la llevo en el alma, y eso vale tanto como hacer sonar... lo que sea.

- "A esto me refería, querido, que no todos llegan hasta aquí"

Asintió con la cabeza y siguió en trance, como yo, acabábamos de enlazar con la dimensión donde estos chicos de la tierra del Sol Naciente te llevan con su Música, algo casi místico, sonidos y emociones que se enroscan a tus sentidos y te elevan, las guitarras, percusiones, cuerdas, vientos... todo es un sueño transformado en Música y el disco que estábamos escuchando un auténtico viaje.

Tengo más de ellos, comencé con "Hypnotic Underworld" y me engancharon, me hicieron comprender que hay algo más allá del siglo XX, por desgracia no demasiado para lo que yo quisiera, sigo siendo un clásico, ¡¡cómo no!! como Pedro, pero hay más cosas, y eso me encanta.

El tema que da el título al vinilo se llevó dos caras del disco y una cerveza de Pedro, estaba extasiado, y siguió pidiendo más, y más, y... no tenemos límites cuando se trata de magia, y comenzó a acariciar las cuerdas, algo tosco al principio, pero enseguida se puso a ello, lo lleva en las venas, ¡es cierto! y no le cuesta.

Esa tarde le puse un poco de lo que tengo de ellos, le apasionó "In Stormy Nights", a mí me encanta, pero después de escuchar "Tune In..." ya sé cuál es mi favorito, aunque no sabría qué decir, cuando la Música me hace desaparecer de este mundo, los matices de este es mejor o... no me importan, y "Ghost" no tiene matices, si te gustan, simplemente los absorbes, es así, son hipnóticos, y las latas de cervezas vacías dan fe de ello.

¿Estamos desfasados? según para qué, en esto de los sonidos los surcos del siglo XXI no nos suenan tan lejanos, más bien al contrario, aunque en otras cosas... 

Y Pedro ya tiene el nuevo tema.