domingo, 21 de agosto de 2011

De Vinilos y Otras Glorias CLIX

Entre esos dobles en directo que tanto nos apasionan, una curiosidad (que no será la última) de uno de mis grupos señeros dentro de ese estilo que me vio nacer como amante de los sonidos.


Rainbow (Live In Germany 1976) 1976


De la serie "Connoisseur Collection" una delicatessen de muy alta graduación, el doble en directo de uno de los más grandes grupos de Hard de la historia, en su mejor momento y (dicen los expertos) en la mejor gira que nunca hicieron.
Rainbow llevaba dos discos de estudio cuando se embarcaron en esta gira que les llevó por tierras alemanas, y además de extenderse por otros lugares del globo terrestre, en esta zona en particular de la geografía europea simplemente arrasaron.
En plena forma, con el mejor grupo que hayan tenido nunca, las actuaciones de Rainbow (que más adelante se plasmaron en DVD para disfrute de algún que otro fanático del grupo, entre los que me encuentro) eran simplemente mágicas, desarrollando todo el talento que los cinco músicos tenían, y era mucho, muchísimo. Ritchie Blackmore, fuera ya de las ataduras "Purple" dirigía su propio proyecto, en un momento alucinante de creatividad, técnica y fuerza, un mago de las seis cuerdas con una capacidad de improvisación maravillosa. Cozy Powell estaba considerado uno de los más grandes baterías del momento, brutal, preciso, genial, un virtuoso de su instrumento. Ronnie James Dio era, simplemente, la voz del Hard, por fin en un proyecto enorme, era la sensación de que todo era posible, un registro único, un vocalista sobrado, fantástico y memorable. Estos tres monstruos tapaban a los dos músicos que completaban este monumental grupo, y que creo que eran  tan importante como ellos, Jimmy Bain al bajo, un músico con muchos kilómetros a sus espaldas, grande en esa base rítmica que los solos de los líderes necesitaban, y Tony Carey, en esos momentos y a nivel del Rock Duro, uno de los mejores teclistas, sonido imprescindible en las composiciones del grupo, que en el formato clásico de quinteto funcionaba como un solista más.
El álbum es una demostración fidedigna de cualquier show del grupo, ocho canciones, dos por cara, con inmensas jams, salvo, quizás, los 5'25'' de la tremenda carrera a toda pastilla que es el "Kill The King", tema con el que comenzaban los conciertos, a partir de ahí todo se transforma en una orgía de sonidos, improvisaciones maravillosas y temas eternos para deleite de la audiencia. La cara A se completa con los 16' de "Mistreated", lucimiento de Dio incluido; en la cara B "Sixteenth Century Greensleeves", más comedida con sus 7'50'' y la preciosidad de tema que es "Catch The Rainbow", 14'50'' para disfrutar.
La cara C es brutal, "Man On The Silver Mountain" con sus 13'37'' y "Stargazer" 17'10'' y exhibición de Carey (y no tocaba, ¡no que va!) y el doble termina en la cara D con "Still I'm Sad" y sus 15' que dan paso a "Do You Close Your Eyes", 9'45'' para cerrar el set.
No hay mucho más que decir, salvo que el disco es una joya por lo que representa en un grupo mítico, mágico y excepcional, una dosis de 100 minutos de puro Hard, de lo mejor que se ha hecho nunca, con unos genios sobre un escenario realmente irrepetibles. Si gusta el Hard, es algo imprescindible, si gusta la Música en general, también.
El regalo, un libreto con fotos y más fotos, para que los fetichistas disfruten.



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