viernes, 8 de julio de 2011

Mis Gafas

Me complace realizar esta entrada de nuestro amigo Rompetechos sobre las maneras de... vosotros mismos.


Llevo gafas desde los 10 años, y antes de llevarlas ya esperaba con ilusión el momento en que descubrieran que era miope y así poder ponerme esas deseadas gafas.
Hay niños  que esperan el momento de ser un cuatrojos, yo pertenezco a ese grupo. Si, ya sé, la teoría dice que los que no llevamos lentillas y los que la cirugía  laser nos da reparo, (me han explicado mil veces lo inocua, fácil y rápida que es y sigue sin entrarme en la cabeza) nos escondemos detrás de las gafas porque nos da miedo la humanidad o porque creemos que con ellas conseguimos  tener un aspecto más fashion,  cuando en realidad lo que somos es una pandilla de cortos de vista con aire de tímidos, sabihondos y aburridos.
Pero la verdad es que los que llevamos gafas nos sentimos más cómodos con ellas y nos hemos acostumbrado, así que sin ellas nos sentimos raros, vulnerables, distintos y perdidos. Aunque a veces, en la ducha, en la playa o en la oscuridad, echamos de menos no ver tan bien como los demás, sobretodo en la playa; nos metemos en el agua sin ningún problema, pero la odisea empieza cuando intentas regresar al punto de partida, ahí donde dejaste la toalla,  las zapatillas y lo más importante “las gafas”. Porque por mucho que frunzas el ceño intentado localizar ese punto en concreto,  el obturador de tu objetivo - maldito sea-, no te hace ni puñetero caso y la imagen sigue apareciendo borrosa ante ti.¡ Qué mal rato pasas chaval! ¡Eso sí que es sufrir!
Unas gafas pueden mejorar o arruinar un rostro, todo depende de lo acertada que haya sido  la elección a la hora de escoger un buen marco para  esa obra de arte que son tus ojos.  Estamos tan familiarizados a ver nuestro rostro con gafas que cuando no las llevamos nos cuesta reconocernos. Sin embargo hay pocas cosas tan incómodas como el momento en que te quitas las  gafas delante de alguien o ese alguien te las quita. Es en ese preciso instante cuando eres consciente del significado de  la palabra desnudez. Los que lleváis gafas ya sabéis a lo que me refiero ¿verdad? Parece mentira la influencia que puede ejercer ese  pequeño artilugio sobre nuestra personalidad.
Unas gafas te acompañan siempre encuadran la realidad que quieres ver y si eres miope como yo te ofrecen la bendita oportunidad de prescindir de ellas y que el resto del mundo aparezca desenfocado. 




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