domingo, 17 de julio de 2011

Hippies, Jams y Litros de...


Cuando conocí a The Allman Brothers Band (ABB) algo se rompió dentro de mi cabeza. Me enamoraban los sonidos sureños, y dentro del hard amaba las grandes jams de mis eternos grupos, pero nunca había oído algo así. 
El sonido que llegó a mis oídos cuando me adentré en su mundo fue un fogonazo dentro de todo lo que escuchaba, que sin ser mucho ya era un poco más que en mi época adolescente. Alguien me explicó que eran los creadores del rock sureño, que fueron los primeros en atreverse a fundir el blues de raíces con un tipo de rock salvaje y a la vez exquisito, llevando un poco más allá todo lo bueno que tiene esta Música con lo que ellos conocían.
Como todos los creadores de algo, y en este caso nada menos que un estilo que ha sido, es y será santo y seña de toda una forma de vida y de entender la Música, eran especiales, porque hay que serlo para hacer lo que ellos hacían, y tener el sentimiento hacia la Música para entenderla como una forma de vida y de expresión en lo más extenso de las emociones. ABB nació como el vínculo del escenario con la gente, su transmisión de los sonidos iba más allá de los meros acordes y los temas desarrollados en directo, fueron los primeros en no medir el tiempo cuando se subían a tocar, porque para ellos el tiempo no existía, sólo existía la Música, y a través de ella eran.
Tuve la fortuna de conocerles por primera vez con el maravilloso "At Fillmore East" y mi mundo musical cambió radicalmente, una vez más, para volver a nacer con sonidos desconocidos y alucinantes; conocí la manera de crear, sentir, vibrar con cada solo, cada instante de una banda única que no tenía límites (salvo el propio vinilo y los surcos que sustentaban los sonidos) a la hora de crear una Música única, con el simple propósito de disfrutarla cuando se lanzaban a esas eternas jams que son parte de la historia y su seña de identidad.
Ni siquiera la leyenda negra del grupo y todo lo que se ha escrito sobre ellos ha superado su manera de entender la Música, hicieron posible que muchas de las raíces de tantas cosas llegara a todo el orbe, gracias a su capacidad por asumir como natural el hecho de que la Música es algo universal, infinito, y con ellos el rock tomó una dirección maravillosamente coherente que ha hecho que todo sea... lo que siguió a la ABB.
Duane Allman nació para vivir y morir en un escenario, aunque se bajó antes de tiempo de él, con su guitarra pegada a su cuerpo como una continuación del mismo, sus manos aferradas al mástil y a esa botella que de vez en cuando le hacían ser único, él, con su mostacho rubio, su pinta de guarro sin lavar y sus pantalones roídos atacando todos los solos del universo, subiendo y bajando de las estrellas entre clásicos del blues, temas infinitos y su inacabable talento para hacer que cada canción fuese un poco más allá que en el show anterior.
Dickey Betts andaba solo por los campos del sur, con su guitarra a cuestas intentando que sus melodías fuesen escuchadas, y llegaron a los oídos del tipo del mostacho, y supo que era ese cincuenta por ciento que haría que todo cambiase, y todo cambió; fueron gemelos en los grandes viajes por sus clásicos, hizo también de su guitarra parte de su anatomía y consiguió que cualquiera quisiese subir a ese escenario del que nunca se va a bajar, aunque ahora esté sólo y recuerde en su vástago un nombre que le hizo entender lo que era ser músico.
Gregg Allman nació para ser delincuente o un cadáver demasiado joven, pero el tipo del mostacho le enseñó que a través de los sonidos se puede llegar hasta donde uno quiera, y con su teclado y esa voz única de bluesmen negro pasó por el filtro de demasiadas cosas, haciendo que su garganta gritara al viento todo lo que una banda de ensueño era capaz de crear. Al final no se fue, vio irse a demasiados y aún puede, cuando su garganta quiere, dar lecciones de cómo se acongoja con un blues bien llevado, una salvaje cabalgada o... aunque se olvide que otros estuvieron al mismo tiempo que él.
Butch Trucks aprendió el ritmo de los sonidos en los campos inmensos, con los clásicos que tocaban los timbales casi sin golpear, acariciando esa batería que suena a ritmo y que lleva lo que otros hacen que parezca (y sea) gloria para los oídos, pero él le da el toque preciso, el golpe adecuado, porque sabe que con su alma puesta en esa batería el resto funciona como debe, con su alma y con la de ese gemelo que parió alguien a miles de sensaciones de distancia y que es uno con él, porque...
Jaimoe es ese gemelo de otro color que allá en las estrellas vio el hueco en la parte de atrás del escenario, al lado del rubio con otra batería esperándole, para poder crear algo que fue único, porque todo es nuevo cuando estos tipos se ponen a dar, porque sentir cómo te golpean el culo estos maravillosos baterías no es nada habitual, porque los dos gemelos paridos en los confines de las estrellas hacen como nadie lo que nadie se atrevería, que ese sonido de los "front man" pueda existir cuando les dejan que liberen lo que tienen mientras ellos... les llevan en volandas hasta donde quieran.
Berry Oakley no sabía tocar, ni cantar, ni iba para músico, pero un buen día la diosa de la Música le dotó de lo que debía tener para atreverse a hacer que las cuatro cuerdas de su bajo sonara rotundo, contundente, en ese rincón del escenario reservado para los que menos se ven y más se escuchan, para aquellos que mantienen cada tema, cada nota, cada instante de emociones sin pausa, sea lo que sea todo los que quieran dar aquellos que se saben las estrellas del show, aunque él sabe que en una banda como esta el show es la Música, y eso no es patrimonio de nadie. Sigue ahí en ese rincón, aunque desde hace tiempo se le escuche menos, porque se bajó del escenario sin avisar.
Señoras y señores, niñas y niños, chicas y no tan chicos, desde los confines del universo, allá arriba donde los sonidos infinitos se permiten, donde la hierba, el alcohol, los desnudos campestres se mezclan con la Música de cuarenta minutos por tema y cuatro horas cada show, para todos ustedes, The Allman Brothers Band, los que crearon, fueron y emocionaron sin límites, saltándose tabúes de colores, razas, creyendo en la Música como forma de vida, de muerte, de...


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