Una Habilidad Como Otra Cualquiera

Chupas coños como una lesbiana.

Tuvo que ser una mujer maravillosa, casi asqueada de la vida, un poco de vuelta y sin embargo con unas enormes ganas de vivir, la que soltara el mayor cumplido que he recibido nunca.

Me confesó que lo escuchó en una película porno, pero que le salió de verdad, lo sentía así. Ella, que sabía de homos, heteros, lesbianas y gays como para hacer un tratado, por experiencia propia y... por la vida, me eligió a mí para, tras el momento sublime del orgasmo, provocarme una de las mayores sonrisas de felicidad que mi rostro haya demostrado al exterior.

Lo que ya decíamos de la sinceridad, que depende de quién lo escucha, y desde luego yo la escuché, y de qué manera, porque una mujer en estado de máxima sensibilidad, tras “romperse” de arriba abajo por el placer, no puede mentir, o al menos yo quiero creerlo así (por lo que me va en ello)

Del desgarro al delirio, de la tristeza a la caricia, somos un juego de oposiciones, como casi todo en esta vida...