sábado, 18 de junio de 2011

Higiene Mental, Ensayo De Una Utopía 4


La verdad es que un programa de radio en el que la gente, digamos miserable, derrama sus miserias, es para hacérselo mirar. Madame Tramontana (ya le vale el apodo, fresquito y húmedo, pues sí) sabrá, pero con el éxito de audiencia que tiene cualquiera la tose, y es que mediocres hay muchos, gente sin vergüenza más, y buscadores de minutos de efímera y hedionda gloria ni os digo. Bueno, a lo nuestro, otra respuesta (como el programa consiste en eso, pues nosotros a las respuestas, que lo otro no me sugiere nada) de una mujer que aclara a una que no se debió enterar de qué iba el tema.

No sé cómo saldrá esto, me temo que tendré que dejarme ir para no caer en lo que no debo, pero aunque no soy de estos rollos, creo que la desafortunada actuación en vuestro programa de una mujer a la que creía amiga merece al menos una réplica.
Suelo ser comedida en mis actuaciones, más aún en mis relaciones, y mucho más en lo que viene después de ellas, por eso me ha espantado saber que esta hija de satanás haya contado, sin ningún tipo de pudor, la relación que mantuvimos durante algunas semanas y que no pasó de eso, bonito hasta ayer, pero eso.
Si estás quemada de tu relación con el imbécil de tu marido ¡pues te aguantas! si ya no sabes qué hacer para ser feliz y necesitas que te den por… ¡que te den! pero a mí déjame en paz, majadera, que yo sé muy bien lo que quiero y con quien voy, y no se me ocurre publicarlo a los cuatro vientos, y menos aún con esas frasecitas tan cursis y estúpidas que no se cree nadie; “He encontrado un sentido a mi vida”, “Nunca creí que estar con ella fuese tan maravilloso”, “Me ha abierto los ojos a un horizonte nuevo”… y unas dieciséis más que no quiero poner, porque vaya si dan para mucho los diez minutitos de declaración en directo, ¡hay que aguantarse!
El único sentido que tú le has encontrado a la vida ha sido la cuenta corriente de tu marido, ¡so payasa!, y si estar conmigo era maravilloso sería porque no te llenaba de babas, que babeáis mucho los dos; los únicos ojos que se te han abierto son los que tenías atrofiados desde hace… ni se sabe, el de delante y el de detrás, pero es que yo uso consoladores de primera, ¡entérate bien!
Claro, como ahora se lleva lo de estar con mujeres (o con hombres según el caso) porque es muy chic una aventura homo, pues nada, a tragar y lo cuento que así yo he cubierto el cupo, pues que te quede claro, pedazo de frígida, tú ni que sea chic ni pasado de moda, no te enteras porque tienes el cerebro en lo que lo tienes, y lleno de modelos “pret a porter”.
Desde luego a mí la experiencia me ha servido, me he dado cuenta que las profundidades abisales son una broma al lado de lo profundo de tu mediocridad, y si esa es tu vida con pan te la comas, porque debes hacer tantos crucigramas mentales cuando tienes a tus amantes encima (porque encima tu marido es cornudo y tú en paralelo, que es lo gracioso) de los sencillos, que bufan y adiós, que sólo has disfrutado cuando yo te hacía el amor (eso tan utópico en tu mundo) porque es lo que te ha quedado.
Eso sí, a ti la experiencia también te ha debido servir, ya eres famosa, bisex y gilipollas pública, casi nada.
Bien, monina, ahora que ya sabes lo que es mojarse durante el acto (no en el acto, que es distinto, so zopenca) aprovecha los recuerdos de haber estado conmigo, porque de ahora en adelante volverás a estar más seca que una mojama, lo tuyo no tiene remedio y sí muchos ceros en la c.c.; en tu cerebro también, pero a la izquierda.
Madame Tramontana, lástima que todo valga, pero parece ser que es lo que hay, las audiencias, los anunciantes… ¡qué te voy a decir que no sepas!

“La frígida era viciosa, según con quién”, respuesta de B.M. a una mujer que debió confundir ser muda con estar de moda.

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