sábado, 11 de junio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias XLVIII

Toda la sensibilidad que puede manar de nuestros deseos, te la intentamos traspasar para que al menos busques lo que nadie persigue y decidas si lo oculto merece la pena, que muchas veces simplemente no quieren decírnoslo.


Loudest Whisper (The Children Of Lir) 1974


Creo que las emociones deben aflorar cuando los sonidos te llegan por esa magia que crea la Música, especialmente la Música con mayúsculas. Con Loudest Whisper me ocurre por tratarse de una obra maestra en todos sus aspectos, la creación, la composición y la interpretación.
"The Children Of Lir" es folk progresivo con tal nivel que podría ser cualquier cosa, desde una sinfonía a una leyenda psycho, aunque bien es cierto que esa forma de componer evocadora, como de viajes a otros tiempos se le puede acercar más a esa sensación folk, pero por supuesto la variabilidad de todo lo que suena, los instrumentos y sobre todo esos arreglos de cuerdas sustentan una base progresiva del más alto nivel.
Considerados como una leyenda del folk irlandés, Loudest Whisper crearon una obra imperecedera, más allá de la propia Música, una evocación a pasajes de la historia convertidos en sonidos, una verdadera maravilla de sensibilidad y buen gusto.
Las guitarras acústicas entrando en tus sentidos por todos lados, bien solas o acompañadas, cuando el caso lo requiere, por esos arreglos orquestales de cuerdas que las envuelven, y por encima de todo ello, cuando nos quiere hacer llegar la historia, la maravillosa voz de Brendan Neligan, un susurro, una caricia en la piel, que por si fuera poco a veces se deja acompañar por coros preciosos, formando un conjunto de armonías vocales simplemente mágico. para no desentonar y además elevar el tono, una invitada de excepción a las voces solistas, Geraldine Dorgan, sobradísima cuando canta con esa voz de altísimos registros, "Children's Song", "Wedding Song", "Children Of The Dawn" (una delicia para los sentidos)... y más coros excepcionales, ¡¡folk, joder, puro folk!!.
Brian O'Reilly se encarga de las guitarras, ¡y de qué manera!, si en las acústicas simplemente te arrastra donde quiere, en los momentos en los que la guitarra eléctrica necesita ser usada, los solos demoledores por precisos, sin atisbo de exageración, siempre al servicio de la canción suave, pero dando ese toque que te despierta y te hace seguir atento a todo lo que te viene (puro prog., si señor) muestras como botones "Overture" (mi favorita), "Good-day My Friend". 
La base rítmica cumple porque cubrir lo excelso se debe hacer bien, y estos dos músicos, Paul O'Reilly (batería) y John Aherne (bajo) lo hacen. La percusión que puede variar de vez en cuando nunca desentona ¿por qué será?
Otro invitado de lujo para la flauta, Robert Kearney, un nuevo toque más allá del propio estilo, metiéndose en las complejidades progresivas, con suaves fondos de viento a veces y furiosas acometidas en otras, todo parte de esa máquina perfecta que es el disco en sus trece temas, que van cayendo uno tras otro sin bajar nunca el nivel. "Mannanan I" y "Mannanan II" son una exhibición coral con la banda lanzada, un piano furibundo y la eléctrica a todo trapo, para terminar una primera cara mágica, pero es que la segunda arranca igual y va desgranando los temas hasta completar una obra excelsa, una joya. "Dawning Of The Day", "Septimus","Farewell Song"... y esos coros, esos maravillosos coros.
La portada en la reedición con O'Reilly tocando la acústica y formato álbum, la contraportada créditos y una dama de tiempos pasados cubriéndolo todo. El interior reseñas e historia del grupo hasta nuestros días. 
"The Children Of Lir", por si acaso te gusta la Música y te lo habías perdido, saboréalo, un manjar así debe ser degustado, no sea que te atrape.


1 comentario:

  1. Es un fijo en mis ratos de música. Lo tengo en disco, en la lista de reproducción del ordenador y en el MP3. Seguro que si tuviera otra forma de almacenar música, también estaría ahí.
    Es relajante, trae aires de regiones desconocidas y, a mí en concreto, me hace imaginar muchas cosas, como todo el folk que llega a mi.
    Hasta el próximo dísco.
    Ciao

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