domingo, 5 de junio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias XLII

Vuelvo a lo de siempre, el ajo blanco no me seduce mucho (si hay que tomarlo se toma y ya está) pero por si acaso me repito mucho, que se sepa, cuando la Música es grande y maravillosa las fronteras no existen, salvo para los mediocres que tienen interés en ponerlas.


Triana (El Patio) 1975


En el año del Señor de 1975 se hizo en este país desde el cual me comunico, posiblemente el que es y será el mejor disco global del rock hispano, si hablamos de la calidad del material, lo que significó y por supuesto la influencia que tuvo en lo que después apareció queriendo ser del estilo pero nunca llegando, por supuesto.
Triana fue un antes y después de muchas cosas, cuando aún los ecos de lo que no se podía hacer resonaban en las calles, estos tres Músicos sevillanos crearon las raíces de lo que se dio en llamar Rock Andalúz, pero eso es quedarse corto, muy corto.
"El Patio", su primera obra, demostró una vez más que si hay talento no existen los corsés en la Música, como desde hacía diez años demostraban todos los grupos y solistas que a través del progresivo fueron creando una corriente libre en la manera de entender los sonidos como parte del todo, rock, sinfónico, folk, blues, hard... y lo que consiguió este primer disco del grupo sevillano fue hacer ver que ni siquiera lo más radical y cerrado, como el flamenco, podía escapar de eso.
"El Patio" es un excepcional disco de rock sinfónico progresivo de raíces, una joya por lo complejo del proyecto, la época en la que surgió y sobre todo porque la Música que alberga es sencillamente genial. El carismático líder y creador de Triana, Jesús de la Rosa, da una lección de composición con ritmos del sur a golpe de guitarra española, tocada y de qué manera por Eduardo Rodriguez, teclados emocionales y mágicos que van cubriendo cada tema y llevando en volandas el conjunto, con la guitarra eléctrica haciendo esos solos que parecen gritan e incitan al desgarro, y una sección rítmica contundente y poderosa con esa batería de Juan José palacios y el bajo armonioso que parecen querer abrazar al resto de los instrumentos.
La voz de De La Rosa es un quejío amargo que te mete en las entrañas de las historias que cuenta, una maravillosa forma de comunicar entre el más profundo flamenco y el rock actual, pero sobre todo los constantes cambios de ritmo, esos teclados, ¡joder con ellos! que no paran de provocar, fundidos en uno con quien los maneja, ayudando a ese quejío para llorar juntos.
La guitarra española unida por primera vez a estos instrumentos eléctricos emerge orgullosa, porque es una Música para que su sensibilidad destaque, con ese brote de tristeza cuando quiere decir las penas que nos llenan, y no deja de saborearse en todo el disco, un manjar para los sentidos.
El disco comienza con la espectacular, maravillosa y sublime "Abre la Puerta", casi diez minutos de delicia con la conjunción perfecta entre guitarra flamenca, teclados y eléctrica, constantes vaivenes en una clara demostración de progresivo puro y duro, que nos mete de cabeza en el universo de Triana, donde ya no hay vuelta atrás. "Luminosa Mañana" y "Recuerdos de una Noche" cierran esta primera cara con esas letras quejumbrosas, lamentos de blues hispano, sur perdido y dejado en el olvido, todo en uno con la voz diciéndonos... 
La segunda cara comienza con la brutal "Sé de un Lugar", otro clásico del grupo, una composición tan maravillosa como compleja, cambios de ritmo contínuos, percusión a modo de sonidos de ángeles, más teclados y el ritmo impuesto por la guitarra hasta la calma antes de la tempestad. "Diálogo" provoca la pausa en la batería, el bajo juega consigo mismo, la voz llora y la guitarra simplemente se va de este mundo, justo hasta otro latigazo "En el Lago", donde los teclados buscan tierras místicas, las guitarras encuentran y el viaje al más allá en ese lago que todos buscamos. "Todo es de Color" da fin a esta joya de la Música, que nos va dejando huérfanos de algo, como ahora, donde hay demasiados herederos de... sueltos por ahí.
La portada es un clásico, un dibujo de los tres músicos en un patio adornado con toda serie de elementos imaginativos que ocupan la contraportada. El interior una foto en blanco y negro en un paraje tan precioso como misterioso, con los títulos de crédito. Un lujo.
"El Patio", después de la nada y antes de todo lo demás, una maravillosa creación que nadie que aprecie la Música con mayúsculas debe omitir, por si acaso le gusta. A mí sí, por supuesto


1 comentario:

  1. Quien no conozca Sevilla, que ponga este disco y se deje seducir por él. Tema tras tema aspirará el aroma de los patios andaluces, oirá sus fuentes y se sentará junto al río en una noche torrida de verano.
    Maravillosa sintonía de color y sabor.
    Hasta el próximo.
    Ciao

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