sábado, 25 de junio de 2011

De Vinilos y Otras Glorias LXXIX

Estos dobles en directo que tanto nos emocionaron, nos emocionan y seguirán llenando muchos de nuestros instantes, porque gracias a ellos estuvimos muy cerca de los que nos llevaban al infinito.


Kansas (Two For The Show) 1978


Tras cinco discos de estudio en los que habían arrasado tanto en ventas como en popularidad, Kansas se encontraba en uno de los mejores momentos, sino el mejor, de su carrera como uno de los más grandes grupos americanos de ese rock progresivo tan poco usual por allí y que gracias a este grupazo levantaba pasiones (aunque no tengo muy claro que para ellos fuese Música progresiva, sino rock sin más)
Su Música era compleja gracias a los elaborados temas que jugaban con constantes cambios de ritmos, idas y venidas que hacían mantener esa atención a sus descomunales suites, cuando no se desmarcaban con temas que son himnos de la Música por su belleza y creatividad.
Seis músicos maravillosos, multi instrumentistas la mayoría, que dotaban de posibilidades infinitas a la Música que interpretaban, teclados manejados según qué ocasiones por dos de ellos (Kerry Livgren, Steve Walsh) guitarras (Kerry Livgren, Rich Williams) un conjunto coral tremendo, y ese sonido característico de Kansas que le otorgaba el violín de Robby Steinhardt, acompañados por el tremendo bajo de Dave Hope y la brutal manera de golpear la batería (y maravillosa, ¡qué jooé!) de Phil Ehart, conformando una sección rítmica de altísimo nivel. Pero además de las posibilidades lo más increíble de Kansas era el sonido compacto que arrancaban, era un todo incluso con los descomunales solos que iban turnándose según qué temas, un rodillo que te hacía sentir la Música hasta que te hacía suyo.
Si ya en estudio sus temas y las elaboraciones de los mismos asombraban, el directo era tremendo, porque esa misma interpretación llevada a un escenario deslumbraba, y no era para menos. Este doble en directo titulado "Two For The Show" es un conjunto de temas seleccionados de las giras que el grupo realizó en el año 77 y 78, en la cúspide de su carrera, y una muestra del personalísimo e inimitable estilo de Kansas, un grupo genial.
En el primer vinilo arrancan con "Song For America" una introducción musical que ayuda a ir calentando a la audiencia, para seguir con "Point Of Know Return", andanada de rock, y siguen con otros trallazos made in Kansas, "Paradox" e "Icarus", pura Música con ese sello tan suyo ya comentado. La cara B comienza con una de mis emociones, "Portrait", una exhibición de poder, coros y violento final a la carrera, una joya, como otro de sus himnos y éxito en listas, "Carry On Wayward Son", un auténtica maravilla que pasa del rock más crudo a ese piano que lo dulcifica y que da paso a "Journey From Mariabronn" una de sus suites, 8'55'' de creatividad musical.
El disco dos no baja la intensidad, porque Kansas tenía temas para mantener muchas caras de discos al mismo nivel, pero por si hay dudas al respecto, este segundo disco comienza con el himno de los himnos, "Dust In The Wind", esa belleza y sensibilidad para un tema eterno y sublime en una versión con un solo increíble de la acústica. Es la cara de los temas más cortos, todo lo contrario de la cuatro, que se deja para "Closet Chronicles", 6'55''de Música maravillosa, teclados eternos para comenzar,  la banda golpeando, pausas, salidas... Kansas; el doble termina con la barbaridad titulada "Magnuns Opus" 11'18'' de orgía sensorial, una pieza de museo para un disco que ya es leyenda.
La portada en álbum, una preciosa foto de dos limpiadoras leyendo el programa del show, contraportada con créditos y el interior con el patio de butacas y las dos señoras flotando en el cielo. En las fundas de los discos fotos del grupo y una dedicatoria alucinante, a un chaval de 14 años que tras un accidente perdió la vista por lo que según se indica "Being that Kansas was the last visual experience that John will ever have-we dedicate this album to him". Eran otros tiempos...
"Two For The Show", una joya de una Música difícil de repetir, un grupo increíble en una época donde hacer creaciones era algo para soñar. Un disco excepcional, una obra de arte para el que ame la Música sin prejuicios, porque hay que escuchar entregado para que te atraviese.



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