domingo, 22 de mayo de 2011

Oficina de Correos

Por más que intentemos evitarlo, todo tiene un principio y un final. Quizás deberíamos saber que somos finitos, eso podría ayudar, a mí es lo único que me queda para pensar que algún día los mediocres irán terminando, los zafios podrán ahogarse en su propio vómito, las víboras con cara de ángel se inocularán su veneno, tanto me da que me da lo mismo, si los del vómito quieren el veneno y viceversa, pues nada, allá ellos, el método es lo de menos, y así se les demuestra que creemos en la libertad de expresarse en sus propias miserias, algo que ellos ni saben del resto ni sabrán nunca, más que nada porque les importa un comino.
Ojalá los finales sean menos bruscos que algunos de los que conozco, antes al menos cuando veía las maravillosas películas en blanco y negro se llevaba lo del "fundido en negro" y después sabías que era el famoso "The End", o "Fine" si eras muy fino y te ibas a ver algo de arte y ensayo con los arrasadores Passolini (o el "Triple P" como le llamaba un amigo mío) y compañía, pero era eso, un final del que te ibas enterando poco a poco, o negro a negro en el agujerito de marras, pero ahora son más bruscos, y no hablo sólo del cine, los de la vida real son de aquí te espero, el finiquito que te llega con dos días de antelación, la que se va y el que se queda con cara de gilipollas, las invasiones normandas en versión siglo XXI, agarro un país, me lo cepillo y me vuelvo, eso es efectividad y lo demás cuento, ríete tú del "vini, vidi, vinci" por lo menos ese se lo hacía a caballo y con uniforme brillante al Sol. 
Sí, ahora todo es más brusco, hasta las miradas, no te miran, es que te echan los ojos encima, ¡qué brusquedad! y las palabras, todo es más brusco, el tono de voz, el empuje en el polvo de la noche (también es cierto que ahora hay menos tiempo y cuanto antes se acabe mejor) pero esa especie de brutalidad se destila en el ambiente, se nota vamos. Aún así a algunos y algunas les desearía un final brusco, porque es más rápido para no volver a verlos y se tragan su basura más de golpe, el ahogo es más sentido, como que si ves que te hinchas con tu propia mierda los últimos instantes deben ser para recordar, ¡qué joooooooé!
Vamos a ponernos serios, que esto es un "Paseo por los Sueños" y no está bien tener estos pensamientos, aunque he de reconocer que yo no los tengo, ya me venían de serie, el paquete cuando me echaron al mundo lo traía, era una oferta que no se podía rechazar y mis padres dijeron que sí, que con la pizca de mala hostia quedaba bien, mismo precio y encima de vez en cuando destila mala leche para que los demás se vayan jodiendo, pues bien, el niño queda mono de todas maneras; por eso digo que yo no tengo los pensamientos, no me esfuerzo, están ahí, ni siquiera sé qué son, de vez en cuando me pongo a escribir y ¡zas! sale, es la versión "deluxe", mis progenitores sabían lo que elegían.
Por cierto, y hablando de lo de antes, el principio de lo que llevo ahora es para mirármelo, me voy a salir del mapa, y como no me cambien el DNI no puedo ir a otro país, así es que lo tengo claro. En esto también debe haber un final, ojalá sea pronto, porque algún iluminado piense que puede joder un poco más y nos larga donde sea (otro de los que deben acabar bruscamente, ¿lo veis? si es que ya lo llevo, no busco nada) o porque dé el portazo que ya me va pillando muy mayor hacer el ganso, yo eso sólo lo hago en los monólogos delante de mis discos, por eso me tienen en tanta estima, porque soy un showman nato, un talento desperdiciado para la comedia ácida (también va de serie en la versión "deluxe") me he quedado en joder a los que me escuchan de vez en cuando, sólo al alzar la voz, lo que ocurre es que me educaron bien y no la alzo casi nunca, así es que de nuevo esos, los mediocres, zafios, víboras, berzotas y demás me escuchan poco y cuando lo hacen me dicen unas tonterías que me sugieren mantener el silencio para no gastarme, que la neurona ya va para el medio siglo y no es plan.
Yo no sé cómo he llegado hasta aquí, sólo quería explicar que todo tiene un principio y un final y con ello aclarar la teoría de la explosión cómica (la que da cuando da la risa de verdad y sueltas de todo hasta los gases que en otras ocasiones, dignos todos, aguantamos como campeones para que esas miradas tan bruscas, las que se te echan encima, no nos busquen) pero debo estar en la vigesimoquinta rama, porque cuando me voy por ellas me voy pero bien, es una afición más, como la Música o contar ranitas en los charcos del campo, que se me está acabando porque cada vez hay menos ramas, está científicamente probado; bueno pues quería explicar la teoría, pero será en otra entrada, en esta debo haber batido el récord de frases sin sentido, y el mío está de Guinness (libro, no cerveza, eso es otra cosa y otra rama, la quincuagésima) así es que un deseo de este que suscribe,  si dais con uno de esos el principio ya ha sido, sólo queda el final.
El ofender no quiero, pues sé que sois caballero, y a callar os obliga alguno que paga y apoquina.


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