sábado, 16 de abril de 2011

El sonido de la nada

Escucho la soledad cubriendo mi espacio, los ojos buscando en la oscuridad de la noche, mientras mi aliento te busca más allá de los besos perdidos, los lugares olvidados, las caricias despojadas del calor de antaño.
No vuelves a mí sino como una sombra en el olvido, en esos parajes antiguos de paz y sosiego, donde mirarnos a los ojos era hacer el amor sin palabras, donde ir hacia el otro era invadir el universo de nuestros propios sueños.
Miro la oscuridad y no te siento, escucho de nuevo la nada que me abraza, el sonido de no estar cuando abandonaste mi lecho un fría noche de invierno, paseando por las sombras en silencio, como un fantasma que asalta mis recuerdos.

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